CAP. 1: "Noto el problema"

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Desde que tengo uso de la razón recuerdo que siempre he sido una persona que tuvo coqueteos con la muerte y por los relatos de mi madre acerca de mis primeros años de vida puedo terminar confirmando que esto prácticamente ha sido así desde siempre.

Resulta que a los pocos meses de haber nacido una extraña enfermedad se me acopió originando serios problemas que afectaron mis pulmones y mi corazón, situación que terminó derivando en una hospitalización en un centro clínico promedio que en comparación a otros países vendría hacer la peor atención médica que podrían tener y el hecho de que mi madre no haya podido terminar la educación secundaria al igual que mi padre que conseguía trabajos de lo que sea con tal de generar ingresos a la familia sólo hizo que este problema terminara por desatar una preocupación extrema en mis progenitores y deudas en su intento de buscar llevarme a un hospital mejor donde si pudieran detectar lo que tenía ya que los doctores que me examinaban no podían detectar lo que tenía y debido a su precaria infraestructura junto a sus limitados conocimientos, sólo se podía esperar un milagro. La situación sólo llegó a ponerse peor cuando el doctor llegó con esa frase que ningún padre espera oír:

- A su hijo le quedan pocas semanas de vida.

Puede que esa noticia haya terminado con la esperanza que ellos al menos almacenaban hasta que en una determinada parte de la historia, un amigo de mi padre le recomienda que me lleve con una señora en un pueblo perdido entre las carreras que sólo tomas cuando viajas, el lugar se llamaba Mito. La lógica de mis padres fue que si los doctores no podían salvarme, nada perdían por intentar llevarme con esa señora sin embargo los doctores se opusieron a que mis padres me sacaran del hospital.

- ¿Cómo es posible que quieras llevártelo viendo el estado en el que está?

- ¡Si es que te lo llevas lo vas a matar! - exclamaban los doctores.

Después de una feroz discusión entre mi padre y los doctores, terminó por firmar un documento en donde dictaminaba que si yo moría, él terminaría en la cárcel por la "negligencia" que estaba cometiendo conmigo pero nada puede detener a unos padres que arriesgan todo por salvar la vida de su hijo.

Me llevaron con aquella señora que me curó de una manera que ellos no pudieron explicarme y que yo no podría explicárselos, es una historia que mi familia cuenta orgullosamente como si fuera una dicha escapar de la muerte pero esa no sería la única vez.

El vivir en un país "en vías al desarrollo" como lo es el Perú con personas que carecen de educación como mis padres hace que haya terminado por vivir en una casa muy pequeña que juntada con las inclemencias invernales de la ciudad en la que vivo haya ocasionado que las paredes siempre terminarán humedecidas, quiero hacer un alto aquí por quiero explicar una cosa ya que parece que me quejara de mis padres pero no es así, la verdad es que me siento muy agradecido por todo lo que terminaron haciendo por mí ya que como vieron en la historia anterior arriesgaron prácticamente todo por mí pero es que si quiero que lleguen a entender lo que pasé, necesito que vean esta historia con el mayor detalle posible. Continuando con lo anterior, el tener estas paredes humedecidas hizo que el ambiente de mi casa se volviera húmedo y para un niño que pasó por una enfermedad que lo mantuvo mucho tiempo en el hospital expuesto a diversos medicamentos e inyecciones, hicieron que mi cuerpo se volviera más débil lo que terminó afectando a mis pulmones desatando en un asma que sería la causante de que volviera al hospital, sólo que esta vez si sería consciente del tiempo que pasé ahí y lo triste que es estar sólo en una habitación con 2 internados más teniendo un horario de visita de unas cuantas horas sólo ciertos días específicos con apenas una hora de televisión al día y al no existir celulares o medios de distracción tan avanzados como ahora, la única diversión que tienes es conversas con los otros internados o salir a la sala común para conocer más niños internados, que era lo que más solía hacer y no porque mis compañeros de habitación fueran aburridos, sino porque la mayoría del tiempo los llevaban a otra habitación a hacerles exámenes o estaban dormidos por lo cansado que era que te hagan exámenes así que podía salir a la sala en dónde con otros niños hablábamos de nuestras enfermedades o de Ben 10 que para ese tiempo era mi dibujo animado favorito. Pasé tantas experiencias en el hospital que no voy a detallar ahora porque ahora tengo planeado contarles acerca de aquel accidente que hizo que supiera que no era normal y puede que jamás lo sea.

Pasaron algunos años desde que me internaron por aquel asma que se fue agrandando hasta hacerse una neumonía y la solución que tuvo mi padre fue de construir un tercer piso a la casa convirtiéndola por algunos años en la más grande del vecindario, gracias a ello el calor se podía almacenar y las paredes ya no estaban húmedas (si se preguntan por qué no me iba al segundo piso, era porque mis tíos viven ahí). No recuerdo bien el año pero sólo recuerdo que estaba en la escuela así que tenía unos 8 o 9 aproximadamente, ahí fue que tuve un golpe accidental en aquel hueso que está entre el ojo y la mejilla, la historia de cómo ocurrió el golpe es irrelevante puesto que fue por algo muy estúpido pero aunque pasó de casualidad, aquel golpe me desataría un gran problema. Lo primero que hice es ir con la profesora para que me pudiera revisar y ella sólo me mojó la mejilla pensando que era un golpe cualquiera, terminaron las clases y en el trayecto a mi casa sentía que la cabeza me daba vueltas a velocidades estratoféricas, algo parecido a cuando ingieres alcohol en grandes cantidades así que al llegar a mi casa se lo comunique a mi mamá que al parecer andaba en un mal día así que lo único que hizo fue gritarme por algo tan tonto que ya no recuerdo que era, creo que lo único que mencionó respecto a mi golpe fue algo como:

- Para qué te pones a jugar.

Cabe recalcar que yo no solía jugar en la hora del receso ya que aprovechaba ese tiempo en otras cosas que consideraba más divertidas. Al saber que mi madre andaba de malas opté por no molestarla más ya que si lo hacía eso iba a significar otro golpe asegurado y esta vez no iba a ser de casualidad. Durante aquel tiempo yo solía llevar clases de Taekwondo, disciplina que llegué a amar con todo mi corazón, así que a mediados de las 3 o 4 p.m. es cuando me encaminé a la academia que quedaba a pocas cuadras de mi casa pero sabía que algo conmigo no andaba bien. Al llegar me puse el uniforme y me dispuse a entrenar como solía hacerlo todos los días pero es cuando empecé a sentir un frío extremo, no llegaba a entender el porque pero eso estaba llegando a afectar tanto que el profesor llegó a notarlo y me dijo que mejor me vaya a mi casa ya que estaba un poco mal. Es entonces que todo se hizo oscuro, de pronto empecé a escuchar voces e intentaba abrir mis ojos pero me encontraba muy lejos de ahí, era un efecto parecido a cuando estás dormido mucho tiempo y alguien intenta hacerte despertar pero tú cansancio puede más y abres los ojos por momentos pero casi todo lo que ves es borroso, abrí los ojos por un momento y puede ver una luz que no podía reconocer, de hecho tarde un poco para reconocer el lugar en el que estaba, parecía que era un taxi, ví a mi tía que acariciaba mi cabeza mientras que me decía todo va a estar bien y mi mamá lloraba mientras le gritaba al chófer que maneje más rápido. No pude decir nada, no tenía voz, es entonces que todo se empezó a tornar entre brumas y hacerse borroso mientras que yo otra vez cerré los ojos.





Había olvidado lo bien que me sentía al escribir, siento que estoy volando de nuevo. Pero bueno, quiero informarles que también tengo una página de Facebook que me ayudaría mucho si me siguen.

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Donde publico frases que puedes usar si estás enamorado, si estás despechado, si quieres dedicar o con el corazón roto, para lo que sea hay una frase así que pueden ir a seguirme donde también informaré cuando suba capitulo nuevo. Dicho esto hasta la próxima vez que se me ocurra escribir. 💙

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