Super Mode

Super

La lata de aerosol sonaba en lo que seguía haciendo sus líneas en la pared, feliz y algo orgulloso de esa estúpida obra de arte que había hecho, era una basura pero no sé quejaba, era un callejón vacío que avanzaba a un parque que tenía rampas de skate, rampas que nunca vio a nadie, hasta hoy. Un chico, castaño, con un pircing en el labio y un skate, bastante conveniente, en una tarde, lo escucho llamar a alguien con su teléfono, una conversación corta diciéndole que estaba en el dichoso parque, creía haberlo visto.

Y en ese momento, cruzaron miradas.

—¿Bang? ¿Me persigues imbécil? Siempre te veo por todos lados, eres un acosador pésimo.

—Espera, ¿De qué hablas idiota? —Mirandolo mejor, mierda si lo conocía.— Hwang Hyunjin, ¿No?

—No te hagas él que no me conoces, ¿No recuerdas la chupada de tu vida en los siete minutos en el paraíso? —Le sonrió coqueto, alzando esos lindos labios y notando aún más aquel lunar debajo de su ojo.

—¿Fuiste tú? Creí que fue otro estúpido. —Se le acercó convencido de que no pasaría nada.

—Tampoco tenías el mejor pene Bang, no te hagas, minino pudiste aguantar tres minutos.

Se rió sin reírse, por esa razón no le convencía ese tarado de Hwang, siempre tan estúpido. No estaba tan cerca, luego de ese comentario no lo volvió a mirar y se concentró en jugar con su skate un rato. Recuerda aquella fiesta, se suponía que estaban en una ronda algo grande cuando la botella lo apunto a él y tuvo que ir al armario y recuerda bien como luego apareció alguien, no supo quién era y hizo la estúpida pregunta de ¿Quién eres? Recuerda que no le contesto, solo lo beso y luego termino en la silla que había allí dentro con alguien que supo que era chico porque cuando se estaban besando pudo sentir muy bien una erección del contrario.

Fue la mejor chupada que tuvo en su vida, en eso estaba de acuerdo, incluso quiso saber quién fue el causante, quién diría que unos meses más tarde lo sabría. Estaba algo feliz de eso, quería repetir eso. Y bueno, Hwang Hyunjin, ¿Quién no lo conocía? Era el típico chico súper malo que se la pasaba con su skate por aquí y por allá, insultando a quien aparezca y siendo un imbécil total, también lo conocían como el que se la chupo a un profesor para pasar la materia, pero eso era un rumor.

Pero ahí lo tenía, patinando como el mejor, se movía bastante bien, sus caderas controlaban los movimientos del skate, se veían tan exquisitas.

—¿Qué tanto me miras? ¿Te gustó? —Freno tocándose el choker que llevaba, jodidamente caliente.

—Joder no. Deja de ser tan egocéntrico.

—Sé que soy irresistible, no tienes que hacerte el idiota para gustarme, no me gusta que sean tan estúpidos si vas a llevarme a la cama. —Le sonrió falsamente y se sentó en la esquina de la rampa, sacando su cajita de cigarros, tomando uno empezando a fumar.

—¿Desde cuándo lo haces?

—¿Acaso eres mi madre? No me jodas. —Absorbio expulsando el humo de su boca, si que le gustaba aquellos labios tomando aquel cigarro, se veía más seductor que siempre.— ¿Quieres uno?

No le respondió pero vio como se levantó y se acercó a él, realmente creyo que le daría un cigarro pero realmente se quito el que tenía en la boca luego de absorbe, creyó incluso que le iba a tirar el humo en la cara pero se le acercó y lo beso pasándole el humo. Luego de ahí, creyo que todo se descontroló de alguna forma y recuerda que le dijo No sientas otra cosa, no vamos a llegar muy lejos. No le pareció tan raro, pero ahí solo terminaron en el callejón con mas besos y algunos roces de pelvis, nada del otro mundo. Fue peor lo que le dijo cuando se fue, un estúpido te veo mañana, no tenía que calentarlo tanto pero lo hizo. Y ahí al día siguiente estaba ahí, a la misma hora y otra vez estaba el castaño ahí.