"El amor espera al borde de un pétalo".
Las semanas pasaban y aunque varios grupos se organizaron para la búsqueda de Yoongi, ninguno de ellos encontraba algo que le perteneciera a Yoongi.
Mingyu no era tan malo con Yoongi, pues, si alguna otra persona lo secuestrara no le daría de comer.
Yoongi, por más que pensaba, no encontraba ninguna forma de escapar. No era una opción rendirse.
Tenía que escapar por la protección de Jimin. No importaba si tenía que matar a Mingyu, no le faltaban ganas de hacerlo de todos modos.
— Jimin...— Dijo Mingyu acercándose al mencionado con los brazos abiertos.
Jimin solo se acercó para que los brazos de Mingyu rodearán su torso.
— no descansaremos hasta encontrar a Yoongi — habló mientras sentía como su camisa comenzaba a humedecerse a causa de lágrimas.
— ¿Y si el murió? —
— no imagines cosas, pequeño...el es muy fuerte y te aseguro que el está vivo — Dijo con una gran sonrisa que Jimin jamás pudo ver.
— por favor encuéntralo —
|años antes|
Miraba por la ventana del auto los pequeños puntos de luz de distintas casas a la lejanía que parecían ser de juguete.
Me distraje un poco para mirar a mamá pero ella seguía dormida, miré a papá y el solo mantenía su mirada pegada en la carretera.
Volví a mirar por la ventana y sentí un dolor peculiar en el estomago, el auto comenzaba a subir, el miedo hizo que apretara fuertemente mi pantalones.
Desde pequeño había tenido el miedo a los puentes vehiculares y a cosas grandes en sí, sentía que en cualquier momento se caerían y eso realmente me aterraba, jamás me habría imaginado yo entre escombros lleno de tierra y sangre completamente inconsciente esperando a que rescatistas encuentren mi cuerpo, vivo o muerto...
El hecho de morir me ponía a pensar demasiadas cosas, sentir aquel vacío indescriptible, cada que pensaba en morir mis pulmones se quedaban sin aire, me ponía a pensar si de verdad hay un cielo que nos espera al morir. un miedo constante de saber que al morir no hay nada más que oscuridad.
¿Habrá Algo con A mayúscula después de morir? Supongo que los miedos que consumían a Augustus Waters me estaban consumiendo igual de lento que a el.
Decidí abrir un poco la ventana pero papá al instante me respondió:
— cierra la ventana, mamá se va a enojar si siente el frio.
Y sin más siguió manejando.
Por fin bajamos aquel puente infernal, lo único bueno del viaje era la llegada a la casa de mis abuelos, ellos siempre estuvieron conmigo cuando mis padres ibas al trabajo.
