CAPÍTULO 02.
DOCE MÁS UNO.
Escucho a Raven hablar sobre alguna clase que, según él, es súper complicada y no entiende, mientras veo divertida como una rubia a lo lejos se le queda mirando igual que una estúpida. David le responde con algún comentario irónico, sin percatarse de la amiga castaña de "rubia bonita", la cual suspira con ojos soñadores en su dirección. Kevin, por su parte, sí que se da cuenta de la mirada descarada de la pelinegra que acompaña a las otras dos, la cual corresponde sin vergüenza alguna.
Yo observo todo como espectadora de alguna mala comedia -de esas que son tan malas que dan risa-, hasta que las tres señoritas miran a mi dirección con una mirada que, de ser posible, me hubiera enterrado tres metros bajo tierra. Rompo a reír.
—¿Te volviste loca? —Raven me mira con el entrecejo fruncido, tras hacer su pregunta. Sigo riendo.
—¿Más? —pregunta David, dando un sorbo a su café y haciendo que mi risa se detenga para mostrarle el dedo medio— Deberías utilizarlo.
—¡Eres asqueroso! —se limita a dar una sonrisa torcida, característica de él, y mirar a la mesa dónde se encuentran las admiradoras. Raven sigue su mirada.
—Lindas —comenta con interés, en referencia a las chicas— Me gusta la castaña.
—Mejor mira a la rubia —aconsejo— A la castaña le gusta David —le hago saber y bebo de mi malteada con deleite.
No soy fan de las cosas dulces. Soy más de cítricos. Pero he de admitir que el chocolate siempre será mi debilidad. Delicioso
—No es mi tipo —dice el moreno, apartando la mirada— Muy Barbie para mí gusto.
—Qué prejuicioso —le acusa Kevin— A mí me parece que está preciosa.
—Perro promiscuo —murmuro, provocando que me miré con ojos entrecerrados— No me mires así. ¡Hace nada estabas coqueteando con la amiga!. Eres un promiscuo.
—Promiscuo —repite, probando la palabra— Esa palabra es muy fea. A mí me gusta más... Amoroso.
Ruedo los ojos y él me lanza un beso.
—No es mi culpa, bonita —dice tomando de su jugo— La Biblia dice que hay que amar al prójimo.
—Sí, claro. Y como buen cristiano tú la obedeces, ¿No?.
—Exactamente, mi hermosa Ray —me guiña un ojo y suelto a reír.
—¿Sabes, Kev?. Creo que tienes razón —reflexiona Raven, llamando la atención del castaño— La rubia está preciosa, tan preciosa que pediré su número.
Y con eso, se levanta de su asiento, yendo hacia la mesa vecina, donde se encuentra la admiradora.
—¿Apostamos? —dice Kevin, una vez el moreno se ha ido. David lo ignora, concentrado en su teléfono y yo lo miro sin entender.
—¿Apostar qué?
—Eso —señala la mesa en la que ahora Raven se encuentra hablando con las señoritas y lanzando su sonrisa seductora en dirección a la rubia— Te apuesto veinte dólares a que no consigue su número.
—Adelante —respondo sin dudar— Pero mi deber como amiga es decirte que tu jugada no es muy inteligente. Sabes que nadie se resiste a Raven.
—¿Quieres ver? —pregunta, pero no me deja responder, simplemente se levanta y va hacia nuestro amigo.
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DEPARTAMENTO 103
Teen Fiction"¿Qué se siente vivir con tres chicos?" Deberían pagarme por hacerme esa pregunta -en serio, sería millonaria-. Sé lo que piensan, y la respuesta es no. No me gusta el poliamor y tampoco estoy loca... Bueno, no tanto. Cualquiera diría que nuestro e...