Prólogo:

2 0 0
                                    


En medio de quién sabe donde, a mitad de una larga noche, una chica miraba una tumba.
No decía nada, así como la lapida tampoco tenía nada escrito. La joven solo la miraba muy concentrada, como esperando a que algo sucediera. Pero obviamente, nada cambiaría.
Ella no pudo más. Se arrodilló y comenzó a llorar como no lo hacía hace mucho tiempo.
—Te merecías otro final —susurró entre sollozos.
Escuchó pasos y se levantó apresuradamente, pero no volteó.
—Vann, nos tenemos que ir —dijo alguien a sus espaldas, pero ella no prestaba atención.
—Dame un minuto.
La joven esperó a que la persona se alejara y cuando ya no escuchó más los pasos, sacó tres monedas de su bolsillo.
—Asegúrate de dejarle propina al barquero.
Puso las monedas sobre la lápida sonriendo, a pesar de todo.
Tras una última mirada a la tumba, dio la vuelta y se marchó. No tenía mucho tiempo.     

GUERLANDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora