SUNSHINE, tomas ezcurra, rebelde way

05

Cuando ya era de noche, las cuatro chicas se empezaron a preparar.

Luján se decidió por ir, muy a su pesar, y solo porque Marga no había arreglado ir con nadie.

Luján llevaba unos pantalones de jean y una remera celeste con un estampado de un oso. Luján no se quería preparar mucho, lo más seguro era que se quedara sentada en un sillón mirando a todos bailar.

Por su lado, Marga llevaba una remera pegada negra con una pollera de jean corta con unos zapatos de taco. Se hizo unos rulos tipo ondas en el pelo y se maquilló un poco. Estaba hermosa.

Marizza una remera pegada rosa con unos pantalones verdes fosforescentes.
También se maquilló.

Luna llevaba unas sandalias con una remera violeta y una pollera de jean más grande. Más larga.

Cuando ya estaban listas, Marga no estaba segura de su remera. Mostraba un poco el escote, que era en forma de V, pero tampoco era excesivo.

Luego de divertirse un rato charlando y riendo, se dirigieron a la playa.

Cuando entraron, todos estaban arreglados y unos desarreglados, pero todos en sí estaban lindos.

Tobías la miraba y obviamente ella se daba cuenta.

Se acercó hacia él y comenzó a bailar, animándolo.

-Perdoname, en serio. Siento que las cosas están un poco tensas, Margarita.-Dijo, arrepentido.-
-No te preocupes, todo olvidado, Tobi. Ahora, bailá conmigo.-

Comenzaron a bailar bien juntos.

Atrás estaba Tomás que había arreglado ir con Mía, que estaba haciendo nada más que ver a Marga bailar con Tobías.

-Dale, Tomás, vamos.- susurró a su amigo Pablo.- ¿Qué haces?

-Nada..
-No, no me digas que te gusta Marga.-
-¡No! ¿Sos tarado? Solo es linda, dale.-
-Mirá, Margarita es importante, ¿Si? ¿Entendés? Cuidado con ella.- Dijo Pablo, mirándola.- Ni yo, aunque esté re buena, me la tranzo así nomas, y vos tampoco, ¿Entendiste?
-Sí, entendí. Aparte yo cero onda con ella.
Pablo claramente no le creyó. Negó con la cabeza y agarró a su amigo del hombro para llevarlo hacia él.

El chico más grande solo tenía a Margarita en su cabeza bailando con otro varón, y, por alguna razón que prefería desconocer, la sangre le hervía de celos.

Cuando se dio la vuelta, ya que Pablo pensaba un plan, vio a Marga mirándolo. Vio como la chica le sonreía mientras bailaba. Él, algo nervioso, tragó saliva. Estaba serio, complementaba el enojo con los celos y los deseos. Mientras la miraba del chico esfumaba cualquier tipo de pensamiento de chico pequeño, la mirada de la chica mezclaba la confusión con la lujuria de saber que un chico la estaba mirando de esa manera, deseoso.

Tomás se quiso acercar, pero Pablo lo paró, agarrandolo del brazo y llevándolo con él.

Marga, al darse cuenta de que Luján le tocó el brazo, se dio la vuelta.

-¿Qué pasa?
-¿Qué te pasa a vos? Te estuve hablando hace tres horas.
-Bue, dale, ¿Qué pasa?
-Para.. estás como.. acalorada.

Margarita de sonrojo bajó la cabeza, y sentía sus mejillas tornarse más calientes.
-¿Pasó?.. eh, ¿Pasó algo?- Preguntó Tobías.-
-No.. solo.. estuve bailando mucho.. y me dio calor, ya vengo.

Aunque no debía, quería seguir a Tomás. Se alejó de todos para correr hacia el chico. Estuvo corriendo hasta que se paró cuando se dio cuenta de que había caído al suelo, por una roca.

-Ay..- Se había doblado el tobillo, y estaba perdida en el otro lado de la isla.-

Se empezó a desesperar al darse cuenta de que no podía pararse, y no sabía dónde estaba.

Y para dejar de estar tan nerviosa, necesitaba ver a Aaron, su mejor amigo antes de entrar al colegio. Aaron era su amigo, y cada vez que ella tenía un ataque de ansiedad o estaba muy nerviosa, él la ayudaba, tenía que verlo a él.

Respiró y exhaló todo el aire. Se empezó a calmar cuando vio y escuchó el ruido de unas sirenas de policía.

¿Acabé de escuchar...? ¿Escuché...? ¿Escuché la voz de Sergio?, pensó ella nerviosa.

Vio a si alrededor, y, afirmativamente, vio a Sergio con Pablo y Tomás junto dos chicos que ella desconocía.

-¿Tomás? ¡Tomás!
El chico, al escuchar la voz de Marga, miró a todos los lados, desesperado.

Cuando la vio en el piso, a punto de las lágrimas, se alarmó.

-¿Qué estabas haciendo, qué te pasó?-
-Nada, solo yo creo que me rompí, va, que me doblé el tobillo.-
-¿Qué hacías acá? ¿Te podes parar?

-No.. va, no quise tratar, porque no me quería lastimar.
—Está bien. A ver, vení.— Él la levantó, agarrándola de la cintura y ayudándola a caminar.

Al final, Marga, Pablo y Tomás volvieron a donde debían, la primera algo confundida.{

-Pablo, no entiendo que hiciste.- Comentó Marga.-

-Solo choqué el auto...- dijo. Tomás ya estaba medio dormido cuando hablaban.-

-Bue, está bien.- Tranquilizó.-

-Sí, pero mi papá no piensa eso.-

-Sí... Mi papá es igual, ya lo conocés.

-Cuidate de él, siempre fue violento.- dijo Pablo.-

-Sí, ya lo sé. No tanto igual.- dijo Marga y dejó de caminar cuando se metieron en el sector de las habitaciones.-

-Bueno, chau, Marga.- Se despidió Pablo y le dio un beso en el cachete.-

-Chau, chicos.- Se puso de puntitas de pie para darle un beso a Tomás, luego de despedirse de Pablo.- Duerman bien.

Cada uno se fue a su habitación. Marizza y Luna la bombardearon de preguntas al llegar, y Luján estaba tranquilamente dormida en su cama, sin enterarse de nada. Marga y Marizza siempre se dormían tarde, pero ahora que estaban juntas, se la pasaron hablando de todo y de nada.

Marizza le preguntaba a Margarita si se había fijado en alguno de los chicos, o chicas, para variar.

-No, no lo creo.- Negó con la cabeza. Pero un chico se le vino en mente, y Marizza no dejó pasar eso.- 

-¿No? Porque veo como que sí.

-No pasó nada, pero... pero Tomás un poquito.

Marizza pareció decepcionada.

-¿No te gusta... eh... Tobi?- preguntó la de pelo rojizo.-

-¡No! ¡Ew! Es mi amigo.- dijo, negando con la cabeza.- Asco.

-Bueno, tampoco le digas eso cuando...- dejó de hablar.-

-¿Cuándo qué?

-Cuando se te declare.

Marga estalló de la risa, hasta que fue decayendo lentamente cuando vio la cara de su amiga.

-¿No...? 

Marizza negó con la cabeza.

-Mierda.

Margarita se sintió mal por Tobi, pero tampoco era tan ciega para darse cuenta de eso. Le pareció raro, literalmente se habían conocido hacía un día y unas horas. Prácticamente no se conocían.

-Nos conocimos hace re poquito, que baje las hormonas.- dijo Marga.-

-Bue, a vos te gusta Tomás.-

-¡No me gusta! Me parece lindo y bueno, pero nada más.- dijo, sincera.-

Luego, las dos se fueron a dormir. Margarita algo pensativa.