1

88 17 2
                                    

Por más que intentara ocultarlo, el rojo en sus mejillas lo delataba. Estaba muriéndose de frío pero tenía que darle el ejemplo a sus empleados, ¿Qué pensarían de un jefe que ante la más mínima adversidad decide tomarse el día libre?

Sólo le faltaba terminar de resolver el problema que se había originado con la declaración de impuestos del año pasado. Y es que, a pesar de contar con todos los recursos para evadirlos, Taehyung era una persona honesta y no le gustaba doblegarse ante las tentaciones banales.

Su teléfono suena y contesta rápidamente, era Jennie Jeon; diciéndole que lo único que tendría que hacer es recopilar unas cuántas facturas, llevárselas a la cafetería Koofé y todo estaría listo.

Le bastaron un par de minutos más para que estuviese corriendo fuera del edificio que él mismo había construido, con torpeza y los ojos entrecerrados por el frío, caminaba en el pasillo que lo conducía al estacionamiento.

—¿Hay mucho tráfico?—El guardia que cuidaba su vehículo rio bajito.—¿Qué?

—Jefe, con todo respeto, no hay manera de ir en carro a menos que quiera morir. Las calles están congeladas.

—¿Sabes si la cafetería Koofé queda muy lejos?

—Oh, no. Siempre voy a esa cafetería con mi esposa. Está a unas 6 manzanas de aquí, antes de llegar a la gasolinera dobla a la izquierda y estará ahí.

—Muchas gracias.—Da una corta reverencia y avanza con cuidado por el pavimento, ahora congelado por el invierno, siguiendo el camino ilustrado por su guardia.

Taehyung nunca fue bueno para cualquier cosa relacionada a llegar a lugares a través de referencias dadas por las personas, era una gran salvación para él la nueva era tecnológica.

Quiere buscar la cafetería por google maps pero no hay registro de ella, puesto que fue inaugurada hace apenas unos meses. Maldice en su cabeza y sigue caminado. No puede pedir ayuda ya que todos los recintos a su alrededor están cerrados.

Han pasado 20 minutos ya, comienza a desesperarse pero sigue caminando un poco más hasta que llega a una pequeña y acogedora florería. Abre con esfuerzo las puertas de vidrio y nada más entrar puede notar el olor a campo de flores que desprende la tienda.

Mira a sus alrededores, en las paredes de la florería hay columnas enteras de estanterías repletas de flores de colores plantadas en macetas de barro, hay unas cuantas plantas trepadoras en macetas que cuelgan del techo,  hay pequeñas mesas de madera rectangulares con flores grandes en jarrones elegantes y costosos.

Queda ensimismado con atractivo del lugar, no sabía mucho de flores y nunca le habían interesado pero ahora quiere comprar todo lo que sus ojos ven. Sigue embobado viendo todo lo que puede hasta que una suave voz le distrae.

—Buenas tardes, ¿necesita algo?—Se gira y cree que va a fallecer en ese mismo instante. Ni siquiera la belleza de todas las flores que están en la florería, y que existen, es capaz de igualar a la belleza del chico que está ahí.

Lo primero que puede notar son sus grandes ojos que brillan, tiene cejas rectas, nariz grande y labios bonitos, tiene mejillas rellenitas teñidas en rosita y su cabello es castaño claro. Es alto, tiene hombros anchos y cintura pequeña, caderas estrechas y piernas gruesas.

Su rostro le parece un poco familiar pero no puede entender porqué.

—Mmm yo...—Se queda sin palabras para decir, no puede pensar bien porque toda su atención se la lleva aquel chico.

—¿Ve algo que le guste?—Aquel muchacho le sonríe y no sabe que ha hecho para merecer ser testigo de que existe una octava maravilla en el mundo.

—Si. ¿Sabes dónde queda...—No puede terminar pues la sonrisa del florista se ensancha, sus ojos brillan con emoción y le toma la mano sin pensarlo mucho, lo jala hasta quedar a centímetros de una de las estanterías y comienza a hablar.

—Estas de aquí se llaman Sweet Juliet Rose, son mis favoritas. Son muy parecidas a las peonías pero son más baratas, sin embargo a mi me gustan más estas que las peonías. Son ideales si quiere regalar un ramo la primera cita, o solo quiere impresionar a su amada o amado. Van bien con las peonias, gardenias, pecher y cualquier flor con tonalidades rosa pastel o blancas—Taehyung puede jurar que los brillos en los ojos del florista se intensifican.—Todas las de aquí son flores algo costosas pero muy bonitas, las ordene de manera estratégica para que se vean más llamativas. Son muy hermosas.

—Estas son rosas de colores tradicionales, como rojo, blanco, etcétera. Por aquí están las azaleas, muy bonitas, las de aquí se llaman azucenas, estás camelias y estás de aquí son claveles silvestres, sin embargo sigo pensando que las sweet juliets son las más hermosas.

—Lo son.—El chico voltea y vuelve a sonreírle, sus ojos volviendose medias lunas y Taehyung queda embobado con la dulzura que emana el florista.—Bueno, me convenciste; me llevaré un ramo de Sweet Juliet Rosés.

El florista asiente y con amor toma unas cuantas ejemplares de la flor, camina hacia la caja y con mucha destreza, hace un ramo bonito y llamativo. Envuelve el ramo recién formado en papel celofan y lo decora con nubes alrededor de las flores.

—¿Qué piensa? ¿Le gusta? ¿Cree que le guste a su enamorada?—Taehyung ríe bajito y el florista lo mira extrañado.

—No me van las chicas.—El florista abre sus ojos tanto como puede y comienza a dar reverencias hacia Taehyung.—No te preocupes, el ramo es para mí.—Jungkook detiene su acción y se endereza, lo mira a los ojos y comienza a analizarlo.

—Sé que es un ramo, pero necesita cuidados especiales para que siempre se vean bonitas sus flores. Necesita luz solar, no necesita mucha agua, solo mantén su tierra húmeda. El Ph de su suelo debe ser de 4.5 a 8. Cuídala de las plagas, mantén las hierbas malas bajas y mantén mallas en las ventanas para evitar que los insectos se la coman. Tráela si algo le pasa.—Taehyung a penas puede procesar lo que le acaba de decir aquel chico pero asiente.—Son 100,000 wones

—¿Aceptas tarjeta?—El florista asiente y Taehyung saca una de sus tantas tarjetas, mientras el vendedor pasa la tarjeta en una terminal.—Una pequeña pregunta... ¿sabes dónde queda la cafetería Koofé?

—A unos 18 pasos a la izquierda de aquí.—Taehyung asiente.—Bueno, le agradezco mucho por su compra.

—Antes de irme, ¿podrías darme tu número y tu nombre?—El florista lo mira confundido.—Para ayudarme a cuidar a la planta, no se absolutamente nada de botánica y no me iría mal una mano de un experto como tú.

El florista comienza a reír y Taehyung solo sonríe.

—Seguro. Mi nombre es Jungkook, Jeon Jungkook. Este es mi número.—De su mandil saca una tarjeta con sus datos, Taehyung sonríe en grande y le agradece.

Comienza a caminar fuera del recinto y antes de salir le grita a Jungkook

—Gracias Jungkook, cuidare de esta planta como si mi vida dependiese de ella.—Jungkook vuelve a reírse y se despide de él agitando la mano.

Benditas sean cafetería Koofé y su amiga Jennie.

snow flower ‪♡ taekook!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora