Final

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Minho no había mentido.

Había sido suave, gentil, lo había besado como si fuera algo muy frágil y después...

Estaba partiéndolo en dos, golpeando su próstata y gruñéndole al odio. Jisung creía fielmente en que si seguían así podrían hasta romper la cama.

Bueno no, tal vez estaba exagerando un poco, pero Minho si estaba siendo rudo.

Curiosamente no le molestaba, porque sabía que él podía con eso y más, lo mejor de todo es que Minho no lo estaba tratando como una chica, como si fuera frágil.

Eso era bueno.

Lo sintió salirse y maldecir.

Entonces Jisung lo miro, con frustración porque seguía duro, sin correrse y Minho había parado la acción.

- ¿Qué pasa? - preguntó -¿por qué te detienes?

- Se rompió el condón -dijo de mala gana y no tengo otro.

- ¡Mierda! -exclamó- no puedes decirme eso justo ahora, no voy a dejar que me folles en seco.

- Tampoco pretendo hacerlo, ¿seguro que no tienes un condón por ahí?

- No- le dijo pensando -pero creo que mis papás tienen, los vi la semana pasada mientras limpiaba su habitación.

- ¿Vamos por ellos?

- Por supuesto- ambos se levantaron de la cama, desnudos y duros como una roca.

Jisung se quejó sintiendo un dolor en su parte baja, sin embargo, lo ignoró, lo único que quería en ese momento era correrse.

Encendió la lámpara de su teléfono celular y revolvió en el cajón del armario de su padre.

- Aquí los vi, pero no están- dijo, busco en otro cajón y sonrió -cielos deben follar como conejos porque no quedan tantos como yo había visto, tenían una bolsa completa de tiras.

Minho tomo una tira y se apresuró a acomodarse el condón.

- De rodillas- le ordenó a Jisung.

- No, no voy a hacerlo en el cuarto de mi madre.

- Quiero correrme, no esperaré a ir a tu cuarto- le dijo -ponte un condón, así no mancharas, lo haremos en el piso.

Jisung ni siquiera sabía porque no se había negado más, sólo sabía que también quería correrse y la polla de Minho dentro de él se sentía bien.

Se puso el condón y se arrodillo en el piso, Minho se hinco detrás de él y lo penetró de una estocada.

- Oh mierda, se siente genial estar dentro de ti.

El mayor no dijo nada, sólo movió sus caderas para empezar a otra ronda de embestidas. El menor las apretó en sus brazos, moviéndolas, haciendo que golpearan con su pelvis, una y otra vez, podía sentir el vello suave acariciando sus nalgas cuando llegaba a la base.

Era tan extraño.

Pero no se sentía mal, incluso pasar algunos fines de semana en Gimpo tampoco sonaba tan mal.

- ¡Oh dios mío!- exclamó voy a correrme.

- Hazlo -susurro Minho en su oído, golpeando duro a su excitación.

Sus brazos no pudieron más y se dejó caer al suelo con el culo alzado, entonces se corrió dentro del condón que se había puesto y gritó, a Jesucristo a Dios y a su Santa Madre.

Se sentía pecador y estaba agotado.

Minho no salió de él, siguió embistiéndolo sin piedad, le dio la vuelta y lo hizo alzar sus caderas, follando su ano, su cuerpo. Hasta que cayó encima de él gimiendo fuerte su nombre.

"Jisung, oh dios, Jisung".

(...)


Jihyo terminó de subir las maletas a su coche.

- Minho ayúdame con esta, esta pesada- le dijo a su hijo, el menor asintió y dejo su celular de lado para ayudar a sus maletas.

Sólo veía como se despedían todos.

- No sé qué le paso a Jisung pero no quiso salir a despedirse- dijo Miyeon -espero no les moleste, dice que está cansado.

- Los jóvenes de hoy se cansan por cualquier cosa- Jihyo le dijo restándole importancia -nos vemos después se despidió de todos.

- ¡Hasta luego! -les dijo Minho subiendo al coche -despídame de Hyung.

Luego miró a su mamá -¿Cuándo volveremos a venir?

Jihyo lo miró -pero si a ti no te gusta salir de casa, seguramente te hiciste amigo de Jisung mientras no había luz- ella sonrió y Minho asintió- Ves, no necesitas el celular para hacer amigos.

- Lo sé mamá, aprendí la lección- me dijo sonriendo.



Fin

¡Mierda, no hay internet! | Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora