A ciegas puedo sentir tu amor

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POV's Lee SanDeul.

Con cierto temor avanzaba lentamente.

Si me descubrían definitivamente estaría en problemas.

Me atreví a correr el riesgo sólo por verle. Me bastarían unos cortos minutos o toda la eternidad si me fuera posible.

Detuve mi caminata al llegar al centro del parque.

Aquel lugar donde podría hasta decir que comenzó todo. Donde le vi por primera vez, sentado debajo de un árbol con unos auriculares puestos mostrando una expresión relajada mientras dormía.

Mi respiración se encontraba algo agitada debido a la adrenalina que aun recorría mi cuerpo. Escabullirme de casa a medianoche en verdad resultaba emocionante y estúpido a la vez.

El parque a esas horas era totalmente lo opuesto al parque que veía en las tardes. Ahora me resultaba hasta un poco tenebroso. Pero era el mismo parque sólo que al igual que una persona debe tener diferentes facetas.

El crujido de las hojas que colgaban de los árboles en todo ese ambiente.

Otoño...

Mientras pensaba en esa palabra las dichosas hojas caían frente a mí, una de las tantas rozó mi hombro.

Cerré los ojos lentamente para disfrutar del ambiente y de mis pensamientos.

Tenía la sensación interna de que existía algo de lo cual teníamos que disfrutar a cada momento. De respirar, de observar, de sentir... Pero esas ideas se fueron desvaneciendo recordando aquel día. Recordar su rostro me hacía sonreír improvisadamente.

El sonido de unos pasos lentos acercándose hizo que entrara en estado de pánico desvaneciendo aquella burbuja que había formado de manera inmediata.

Sin darme tiempo de reaccionar. Sin darme cuenta de que el lugar ya no era exclusivamente mío. Mi vista se vio cubierta.

La sensación de querer huir fue reemplazada por una sensación de calma en inmediatos segundos.

Reconocía perfectamente aquella calidez que sólo existía entre esa persona y yo, y que lograba hacerme sentir seguro. Nuestro contacto.

No pude evitar esta vez sonreír esta vez de manera más amplia.

- Adivina... ¿Quién soy? - su voz susurrándome cerca a la oreja. Aquella tonalidad que usaba lograba seducirme con tan sólo oírle.

- No lo sé... ¿acaso piensa usted llevar acabo un secuestro? - respondiendo sin intención de apartar sus manos que cubrían mi visión. Sus manos tibias.

- ¿Secuestro? no me provoques ideas... aunque no creo que sea una idea tan descabellada después de todo - respondió y pude casi imaginarme la sonrisa que debía de tener en su rostro.

Mis manos se elevaron hasta llegar a las suyas apartándolas lentamente mientras al mismo tiempo me giraba a verle sin evitar reír de manera leve.

- Pensé que ya no vendrías - dije abultando mi labio inferior y tomando sus manos hasta entrelazar nuestros dedos despacio.

- Debes de estar bromeando... siempre haré todo lo posible para encontrarme contigo... siempre querré verte por lo menos unos minutos aunque en realidad no me basten... siempre querré todo de ti... siempre... - hizo una pausa mientras me observaba fijamente a los ojos. Pudiese jurar que nunca había visto tanta sinceridad en una mirada - ...siempre te querré a ti. Te amo Deullie...

Me sonrojé. No podía evitarlo. Es imposible no hacerlo cuando la persona que te gusta te dice algo así. Mi corazón ya estaba haciendo de las suyas latiendo con fuerza.

- Debes dejar de hacerlo - susurro frunciendo el ceño y apretando más mis manos con las suyas.

- ¿Hacer qué? - parecía que la confusión invadía su rostro.

- Eso. -respondo bajando la vista hasta mirar la punta de mis zapatos.

- ¿A qué te refieres?

- Enamorarme con cada palabra tuya.

Eso hizo que me dirigiera una sonrisa torcida.

- Tú también deberías dejar de hacer eso. -dijo estirando su mano hacia mi hasta rozar mi mejilla lentamente.

- ¿Hacer qué? - esta vez yo era el desentendido.

- Enamorarme con tu sola presencia. Todo lo que eres me encanta...

Solté sus manos improvisadamente y le abracé.

Esa manía impulsiva que tenía de abrazar a alguien cuando el sonrojo en mis mejillas sobrepasaba su límite.

Todo de aquella persona ante mi contacto resultaba seguro y perfecto.

- Te quiero SunWoo - dije en voz baja y escondiendo mi rostro.

- ¿Que dijiste? no te oí bien... - respondió rodeándome con sus brazos y sintiéndome verdaderamente feliz. Obviamente lo había oído pero sólo quería volver a oírlo, sus intenciones de verme avergonzado al exponer mis sentimientos eras casi obvias.

Levanté mi rostro despacio y evitando mirarle directamente.

- Dije que... te quier...

Por situaciones del momento no llegué a terminar la frase. La dichosa frase. No porque me hubiese ahogado en mis propias palabras. No porque me hubiese arrepentido de decírselo. Sino simplemente que mis labios estaban ocupados recibiendo un inesperado beso.

Ni más ni menos.

Mis ojos se cerraban por sí solos mientras correspondía y me sentía correspondido.

La calidez que había experimentado con su presencia, con su sonrisa, con sus palabras llenas de cursilerías y con todo el resto. Nada superaba esto. La sensación de poder sentirlo.

Él. Exclusivamente él era la única persona que despertaba todo lo nunca pensé sentir realmente.

Aquella indescriptible sensación de poder tocar los labios de quien en verdad amas.

Mierda. La sensación es maravillosa.

Aquello que sólo tú me provocasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora