Capítulo Uno: "¿A dónde vamos?"

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Casa de Guillermo
Enero 24, 09:12 P.M.

Mi celular sonó una vez más, seguramente se trataba de Maximiliano avisándome una vez más que me estaba apunto de pasar a buscar y que mejor que ya estuviese listo, o iba a conocer "su furia", refiriéndose a que se enojaría un par de cuadras respondiéndome con respuestas secas hasta que toque un tema realmente importante como videojuegos o si prefería la chocolatada con o sin azúcar.

Sí, posiblemente pasaría eso.

Igualmente, terminaba de atarme mis cordones cuando escuché como mi madre le abría el portón a Maximiliano y éste entraba atolondradamente a mi habitación; su cabello rizado estaba bien peinado para mi sorpresa, al igual que su ropa y sus zapatos negros. Sin siquiera saludarme, comenzó a gritarme cual ogro a burro:

- ¡Guillermo!-ya habíamos empezado mal; no me gustaba para nada que me llamen por mi nombre completo.- ¿¡Por qué tardas tanto en cambiarte, hijo de-!?

- ¿¡Yo que tengo que ver en esto!?-gritó mi mamá desde el comedor. Así se habla, impón respeto, Adriana.

Ante eso, Maximiliano o mejor apodado; Maxi, bajó el tono de su voz luego de disculparse con mi mamá desde el margen de la puerta de mi habitación, todo esto mientras yo lo miraba de arriba abajo aún anonadado, y cuestionándome una y otra vez por qué venía tan bien vestido.

En su mensaje decía que íbamos a la casa de uno de sus amigos-un tal Joaquín, si no me equivoco-y luego al boliche con su extenso grupo de amigos; compañeros y compañeras que había conocido en su comisión, todos habían pegado una buena amistad y, ¿Qué esperabas, Guillermo? Maxi siempre tuvo facilidad para hacer nuevas amistades.

Conozco a Maxi desde los 8 años; primaria y secundaria, íbamos de todos lados juntos. Él estuvo ahí cuando salí del clóset con mi mamá y mi hermana, y yo estuve ahí cuando la dejó Mónica, su primera novia... ¿o quinta? No lo recuerdo, lo que sí recuerdo es no entender cómo alguien podía ser tan testarudo en el amor.

Pero no me hagan caso, después de todo es como dice mi mejor amiga; Verónica, "no puedes opinar de un tema del cuál desconoces totalmente la experiencia."

- ¿Se puede saber por qué estás vestido como ramera?-cuestionó Maxi observándome de arriba abajo, al cuál observé y fingí una mueca de ofendido abriendo ampliamente mi boca. - ¿Acaso no te lo dije? ¡Traje la camisa rosada para que te pongas algo rosado!

- ¿Rosada?-me burlé mientras me levantaba de mi cama y retiraba mi móvil del cargador que estaba enchufado en mi mesita de noche- Eso no es muy heterosexual de tu parte.

Maxi arqueó una ceja con una sonrisa-¿Y tú eres el que me lo dice?

"¡Nada de saludarme si me cruzan!", esas fueran las palabras de mi hermana mayor; Florencia, que nos tiró desde el gran espejo que teníamos en el comedor; ella estaba alisando su cabello pelirrojo con su plancha de pelo mientras nos veía pasar por el reflejo.

Mierda, eso me hizo acordar. Si bien no iba a hacerle caso a Maximiliano de arreglarme un poco más, no estar vestido como "una ramera", lo cual me seguía pareciendo una total exageración por el libriano de mi amigo, si pude haberme hecho algo en mi anaranjada melena.

Unos jeans negros rotos con unas medias de red y un top blanco que traía un estampado de un pino (haciendo referencia a una de mis series favoritas) no me volvía una ramera, me hacía tener estilo solamente.

Y no, no he venido en patas. Sólo me parece totalmente irrelevante comentar sobre mis tenis negros.

La noche estaba perfecta; el cielo rosado aún se veía en el horizonte gracias a que cierto gran astro se estaba escondiendo todavía, pues ya había cumplido su horario laboral y tenía que irse a descansar-o eso es lo que me decía mi mamá de pequeño-, la brisa comenzaba a ser fresca y las luces de la ciudad le daban vida, ahuyentando así la oscuridad del cielo nocturno. Los autos pasaban de aquí para allá (uno casi chocó a Maxi) y se podía ver como algunas familias se reencontraban luego de la jornada de trabajo; aún recuerdo como dos pequeños salieron de su casa para saludar a su cansada pero feliz madre.

Amor a primera vista |LGBT+|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora