Los relámpagos sonaban fuertemente a través de los muros de concreto, mientras la mas peligrosa de las mafias en Japón acababa con cientos de vidas a una velocidad atroz. Sin detenerse a pensarlo cada miembro de la organización dejaba a su paso cadáveres y grandísimas lagunas de sangre.
El porque de tanta violencia era conocido para desgracia de todos los moribundos.
La reina, Hanagaki Takemichi, murió en manos de un policía. El pelinegro era conocido por ser especialmente amable, tenia el corazón tan blando como algodón, purísimos ojos azules y un cuerpo que los mismos dioses adoraban. Aquel hombre al que se le apodo como reina al ser por obligación pareja de Manjiro le habían asesinado cruelmente y como encontraron su cuerpo tampoco fue agradable, cubierto por nieve, tirado como si no valiese nada.
Takemichi no era mas que una victima de la corrupción y la justicia por mano propia.
Hay quien dice que para algo existen las leyes: para defendernos y cuidarnos tanto de ajenos como de nosotros mismos, pero estas mismas normas causaban impactos mas negativos que positivos.
Sin poder controlarse ambos Haitani accionaron el gatillo repetidamente, dos detectives murieron agujereados por el plomo de sus armas.
La nieve bajo el maltratado cuerpo de Take no llego ni siquiera a cubrirse de sangre porque en él ya no había una sola gota, toda se la habían sacado a punta de puñaladas.
A pesar de los golpes en cada parte de su cuerpo para Boten fue muy fácil reconocer la bonita cara de su heroe llorón, la cara de un niño que a la fuerza y con voluntad de hierro entro y se mantuvo en un mundo que no era el suyo.
Un mundo putrefacto, un mundo para adultos no niños.
Hajime tomando la mano maltratada de Inupi no tardo en dar la orden de matar a golpes a la plástica oficinista que se negaba a darles una ubicación.
Mientras mas lo pensaban, su rabia aumentaba, se encontraban dolidos, se sentían deprimidos, les arrebataron el sol que iluminaba sus días, aquel joven muchacho que prometió salvarlos aunque no tuviera la fuerza para eso.
Kakucho balbuceaba mientras destrozaba los dedos de quienes hicieron imposible vivir para Take siendo consolado a duras penas por Mikey quien no se atrevió a soltar el inerte cuerpo de su novio, al principio tenerlo junto a él había sido solo un capricho, lo vio en una tienda de DVD's y luego por casualidad ambos chocaron cuando el compraba sus amados dulces. Tristemente llego a sentir amor por esa alma llorona que le rogaba liberara sus demonios y se los entregara en las oscuras noches donde solo conocía el tormento.
Manjiro Sano tuvo un amor enfermizo con la mas pura persona que iba a existir jamás pero eso no podía controlarlo, era el efecto Michi que hasta sus empleados tuvieron.
Las lagrimas tambien salían de sus ojos, él a diferencia de los demás no se movió desde que encontraron a Hanagaki, apretando los puños y acercando el cadaver contra su propia figura se sentó a observar el caos mientras le pedía al otro que volviera, susurrando.
No importaba la manera, solo quería que no lo dejara como el resto.
El tema se le había salido de las manos y sus subordinados no tuvieron piedad al considerar quienes debían o no morir, porque todo aquel que en vida lastimo a Takemichi no era digno de respirar, todos los que hallan osado molestarlo debían tener una dolorosa tortura previa a su deceso.
Sanzu dio la idea y todos asintieron antes de desatar este desastre, con la sangre pintando cada baldosa del suelo, marcando las paredes una y otra vez el pelirosa reía, drogado hasta la medula. Viendo colores en una escala a blanco, negro y carmín.
El tormentoso clima escondía los sonidos de disparos, opacaba gritos y camuflaba sollozos de aquellos que permanecían.
Cada golpe dado a Takemichi fue devuelto, cada una de las 38 puñaladas se multiplicaron y a punta de narcóticos lograron sensibilizar aun mas las zonas dañadas para lograr que el resultado fuese mas doloroso.
Porque aquello no debió pasar y todos esas vidas no debieron perderse.. pero no había vuelta atrás. Naoto Tachibana tomo la desicion de vengar a su hermana y condeno al mundo.
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Reina [Takemichi Y Bonten]
FanfictionCualquiera juraria que el gran edificio donde los mayores ejecutivos de Bonten estaban reunidos justo ahora desprendia una presencia lugubre. En el interior por su parte se desataba el infierno para todo aquel que en vida maltrato a Hanagaki, su rei...