~ PARTE 14

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Tanteó la cama en busca del pelinegro, al no encontrarlo entre abrió uno de sus ojos, notando que ya estaba fuera de la habitación, se levantó, caminando hasta el baño para asearse.

Al terminar bajo por las escaleras hasta llegar a la cocina, el olor a huevos y tocino hipnotizandolo, divisó al menor frente a la estufa usando una de sus camisas junto a unos calzoncillos, mientras meneaba las caderas al zon de una pegadiza canción que sonaba en la radio.

Se le acercó, encajando su entrepierna este aquellos grandes gluteos, dejándole un beso en la nuca que le sacó un pequeño gemido al pálido.

— T-Tae.— Suspiró, intentando mantener su atención en el desayuno que preparaba.

— ¿Mh?.— Le apretó la cintura atrayéndolo mas hacia él, en busca de más fricción.— ¿No seguirás moviendo tús caderas?

Mordió su labio inferior antes de comenzar un suave vaivén, escuchando al mayor gemir ronco, incentivandolo a seguir.

Se sobresaltó cuando el castaño les dio la vuelta, su pecho terminando apegado a la fría encimera, sus pezones contrayéndose inmediatamente.

Taehyung sonrió por el leve temblor del menor, atreviéndose a cariciarle ambas nalgas, las cuales eran cubiertas por la fina tela de la ropa interior que cargaba, disfrutó del tamaño que tenían siendo perfectas para que cupiesen en sus manos, eran tan suaves y tan esponjodas, le dió un leve mordisco al glúteo derecho escuchando al ojiazul chillar.

Sujeto el dobladillo de aquellos calzoncillos bajandolos lentamente, no pudiendo apartar la mirada de aquellos lechosos muslos.

Sostuvo ambas mejillas separándolas para observar la fruncida entrada, sintió su boca salivar en anticipación, por lo que sin perder el tiempo paso su lengua en aquella estrecha extensión; oír al menor gemir fuertemente le encantaba, le comería el culo siempre y cuando pudiese oírlo así.

Empujaba su lengua hasta donde pudiese, intentando llegar más profundo, metió uno de sus dedos mientras seguía lamiendo, encargándose de lubricar bien la zona para poder adentrarse luego.

Un gemido se estancó en su garganta cuando el mayor metió dos dedos en su interior sin previo aviso, se encontró a si mismo moviendo las caderas hacia atrás, autopenetrandose, apretó sus piernas cuando sintió como el contrario hacia tijeras dentro de él.

— T-Taehyung, ¡Mhg!— Quería tener al mayor dentro de él, lo ansiaba.— Follame, ya.

Al escuchar aquello sintió su polla palmitar, lo giró por completo, dejando al menor boca arriba, se dió el tiempo de contemplar el desastre tembloroso que había causado.

Jungkook era bonito, muy bonito, sus ojos llorosos, sus mejillas pintadas en carmín y sus labios, sus malditos labios que solo lo tentaban a besarlos, y no se privó de hacerlo, comiéndole la boca tal como lo merecía, callando los suaves gemidos que soltaba gracias a él, sus dedos se movían con precisión, buscando aquél punto que haría delirar al menor.

Se separó del caliente beso, gimiendo fuertemente cuando el castaño tocó su próstata, intentó enfocar su mirada en el rostro ajeno, logrando ver al otro sonreírle socarronamente antes de comenzar con un bombeo constante y profundo, que lo hizo voltear sus ojos hacía atrás.

Estaba cerca de su orgasmo, muy cerca, tanto que se corrió cuando la húmeda lengua ajena trazó un camino en su pecho hasta su pezón izquierdo, el cual mordió y chupo con cierta fuerza.

— ¿Te gustó?— Preguntó, acercándose a lamer la esencia derramada en el estómago contrario.

Intentó responderle, pero estaba intentando recuperarse de su orgasmo, estaba sensible y tener al castaño lamiéndole por todas partes no lo ayudaba en adsoluto.

Aún con la vista nublada en lágrimas, dirigió sus propios dedos a su entrada, metiéndolos, mientras veía fijamente los ojos contrarios. — Adentro... ponlo adentro.

Con esa imagen frente a él no pudo contenerse, por lo que se ubico entre las piernas ajenas, embistiendo con su chándal puesto, queriendo colocar al azabache ansioso por él y lo logró, ya que el otro uso sus piernas para apresarlo y apagarlo más a él.

Apartó aquellas níveas piernas, quitándose toda prenda inferior, su hombría irguiendose, la sujetó masturbando desde el glande hasta la base, esparciendo el presemen que había soltado, todo bajo la atenta mirada del menor.

Se acercó, pasando la punta de su miembro por aquella entrada, riendo al oír al menor bufar por que aún lo metía, pero poco duró, ya que le sujetó las caderas, adentrándose de una sola estocada que les saco un gemido a ambos.

El menor no dejaba de apretarse alrededor de él, estaba extasiado, podía sentirlo amoldarse al tamaño de su pene.

Comenzó con un vaivén lento, esperando que Jungkook se acostumbrara, pero al parecer este tenía otros planes.

— R-Rápido, quiero que s-sea más rápi-. — No pudo terminar la última palabra porque fue embestido guturalmente, adoraba la sensación de sentirse lleno, podía sentir las bolas del moreno chocar contra sus nalgas, generándole un agradable ardor.

Sujetó la muñecas del menor entre su manos ubicandolas en el abdomen bajo del contrario, ayudandose para dar estocadas más certeras y profundas, sentir las calientes paredes internas envolver su miembro lo estaba volviendo loco.

Quería más fricción, estar más dentro de aquel agujero y al parecer no era el único, porque podia sentir las piernas contrarias apresarlo para que no se alejara.

Soltó las manos del azabache, dirigiendo su mano izquierda al  miembro ajeno, masturbandolo, centrándose en la sonrojada punta que no dejaba de palpitar, su boca busco lugar entre aquellas clavículas, las cuales degustó como si de un dulce se tratase, el almizcle salado de su piel pareciéndole todo un manjar, podía sentirlo temblar por la sobre estimulación, sabía que estaba cerca, tan cerca de correrse por segunda vez.

Buscó la boca del mayor, queriendo besarlo, aun cuando sentía sus labios adormecidos por los rudos besos que compartian, aún así no se abstenia de morder esos labios, en busca de más.

Se separó del beso, para soltar un chillido al sentir como su vientre se tensaba, corriense sobre su propio abdomen y manchando un poco el del contrario.

Cuando el menor se corrió, el siguió embistiendo hasta correrse en aquel apretado agujero, llenándolo de su caliente esencia.

Se acercó al rostro del menor, dejándole suaves besos por todo el rostro, mientras esté aún se recuperaba de si orgasmo.

Cuando dejo de sentir besos en su rostro vio al castaño, quién con una de sus manos apartaba aquellos húmedos rizos de su frente, echandoselo hacia atrás, eran tan guapo que hacía que su eje se contrajera, esperando recibirlo nuevamente.

— ¿Qué tal si seguimos en el baño, dulzura? — Sólo asintió estirando sus brazos para ser cargado, sintiendo al otro entrar en él de nuevo, por lo que gimió bajito.

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⏰ Última actualización: Jan 18, 2023 ⏰

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