Prólogo

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Queridos lectores, como habéis podido leer en el título, me quedé enamorado hasta las trancas de un muerto.

Bueno, técnicamente dicho así suena muy frío y como tal no está muerto sino vivo pero no quiero desembuchar toda la historia, pronto descubriréis porque llamo a mi primer amor así y como acaba esta historia de amor.

Pensaréis que es una más de historias de romance adolescente, pero esta tiene una pequeña diferencia, que le ocurrió al autor realmente, experimentándola en carne y hueso y por tanto, no es ficticia como las demás.

Siempre tendemos los humanos a enamorarnos de personas que no son correspondidas dado que muchas veces no son del todo estas personas compatibles o sabemos que no va a durar a mucho.

Pero, aunque sepamos que el amor es pura magia de nuestras células del cerebro yo sigo creyendo totalmente en que existe una persona que me complete. Y, aquí viene Puerro, el primer amor y último que tuve con el cual experimenté la sensación del hilo rojo del destino, aquel hilo invisible que están conectado por dos almas gemelas que va atrayéndose hasta encontrarse, pues así fue.

Cabe recalcar que mi novio no se llamaba Puerro era un mote dulce que le llamaba dado que un día me contó que su hermano se lo decía mucho y era muy dulce, como él, si querido lector, quiere hacer el atrevimiento de acompañarme en la historia de mi amor, sabrá también su verdadero nombre.

Para no tener que padecer más dándole intriga será mejor comenzar con la historia antes de que el tiempo nos consuma.

Me enamoré de un muertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora