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Yoongi corría tras Taehyung, impulsado por una mezcla de curiosidad y ternura, luego de que el menor le pidiera que le mostrara su sueño. Sin previo aviso, Taehyung lo tomó con fuerza de la mano, entrelazando sus dedos como si no pensara soltarlo jamás, y lo arrastró entre risas por las calles iluminadas tenuemente.

El sonido de la risa de Taehyung, cristalina y contagiosa, era lo único que Yoongi podía oír mientras corrían. Y le fascinaba.

Taehyung lo hacía sentir ligero. Vivo. Como si el corazón se le encendiera en el pecho. Como sí todo lo malo de su vida, desapareciera en los instantes que está con el menor.

Se detuvieron de golpe. Yoongi jadeó, intentando recuperar el aliento, mientras sus ojos buscaban comprender el motivo de la repentina pausa.

Miró a Taehyung quién sonreía como si estuviera exactamente donde quería estar en el mundo.

"Gucci", leyó Yoongi en voz baja, casi sin aliento en la elegante vitrina frente a ellos.

—Siempre que vengo aquí, recuerdo por qué hago todo esto —dijo Taehyung, sin apartar la mirada de los maniquíes que usaban esa maravillosa ropa que tanto deseaba—Algún día voy a entrar por esas puertas y podré comprar lo que quiera, sin miedo, sin límites. Cuando entras ahí, te tratan como si fueras alguien importante y cuando usas este tipo de ropa, todos te tratan diferente… como si todo lo que fuiste antes no importara. Solo lo que eres ahora. Me hace sentir tan... libre. Cuando estoy triste, vengo aquí. Es como mi refugio, me recuerda que puedo llegar más lejos. Que no estoy solo...

Yoongi lo miró, en silencio, dejándose envolver por la honestidad en la voz del menor.

Con esas palabras descubrió no solo un sueño, sino una herida más profunda que Taehyung intentaba cubrir con lujo, con futuro, con esperanza.

Solo espera que algún día Taehyung tenga la confianza de compartir ese pasado que parece querer ocultar tras una vida llena de lujos.

Aunque no compartía del todo ese deseo de Taehyung por esa vida de lujos vacíos, no era nadie para juzgarlo, ya que al parecer, era todo lo que el menor tenía... esos anhelos lo mantenian con vida

Cada sueño es sagrado, pensó. Y ese era el de Taehyung. Por lo cuál siempre va a apoyarlo.

—Desde que te conocí, hyung —dijo el menor, girando para mirarlo— Tu me hiciste sentir como esa tienda. Contigo me siento importante… como si mi pasado no existiera, aunque apenas nos estamos conociendo. Me haces sentir bien...

Sus ojos se encontraron, y en ese instante algo se ilumino entre ellos,  revelando lo que sus corazones aún no se atrevían a decir en voz alta.

—Puedo ser tu refugio, Taehyung —susurró Yoongi con ternura—No tienes porque estar solo frente a esta vitrina nunca más. Me tienes a mí, ahora.

El menor sonrió y sus ojos se posaron en los labios del mayor los cuales se acercó a besar

Yoongi cerró los ojos por el contacto, los suaves movimientos fueron acompañados por las manos del menor acariciando su cuello

Se sentía tan mágico, como sí el resto del mundo hubiera desaparecido, solo ellos dos, el tiempo se detuvo en el instante de ese beso. Ambos sintiendo un mar de emociones al final.

Se separaron apenas unos centímetros, compartiendo una sonrisa cómplice.

—Me gusta tu sonrisa, hyung… —dijo Taehyung, acariciándole la mejilla— Sonríe más seguido para mí.

Yoongi lo miró, todavía atontado por el beso, y pensó que podría perderse mil veces en esos ojos marrones sin arrepentirse jamás.

—Vamos a casa, hyung —susurró Taehyung, como si le estuviera confiando un secreto.

Breakfast At Gucci's || Yoontae ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora