Parte única.

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7 años después del epílogo.

Flinesburg, capital de Tradcha, Veryka.

Se escuchó un estruendo y Taehyung sintió cómo el miedo se le acumulaba en el pecho.

—Tenemos la ubicación exacta de la avioneta —miró el radar en el panel—. Comenzaremos un operativo de rescate, así que mantén a Batair y Agnar contigo. Iremos por ustedes.

— ¡Eso es imposible, estamos al borde de la frontera!

— ¡Sir Jeon, hay fuego en el ala! —se escuchó la voz de Agnar al otro lado de la línea.

Taehyung tragó saliva y apretó los dedos contra el audífono.

—Mi amor, mantente junto a Agnar y Baitar —Miró hacía el frente y caminó entre los pasillos de los paneles de control. Los encargados lo miraron esperando órdenes—. ¡Comenzamos el operativo de rescate!

— ¡Sir Jeon, aléjese del fuego! —gritó Baitar.

Hubo otro estruendo más fuerte que provocó interferencia en el sonido.

El príncipe inhaló y exhaló mientras supervisaba el operativo de rescate. Cinco drones volaban a toda velocidad, en una pequeña esperanza por llegar a tiempo.

Algo en su pecho se removió con rudeza. Un impulso por transformarse en águila y volar los cielos hasta llegar a él.

—Tae.

La voz de su esposo lo sacó de sus pensamientos.

—Creo que no lograremos llegar —dijo en medio de quejidos—. El avión se está incendiando. Cuando el fuego llegue al tanque, estaremos perdidos.

Algo dentro de Taehyung colapsó.

— ¡Iré por ti inmediatamente! ¡Activa el hechizo! —Al decirlo sus ojos se encendieron en carmín—. ¡Intenta mantenerte a salvo, llegaré enseguida!

Taehyung se dio la vuelta y cuando se dispuso a elevarse con su manto mágico, Jungkook lo interrumpió.

—Cariño, ¿confías en mí?

El príncipe se quedó quieto. El corazón le golpeaba de forma incansable contra el pecho y sentía los latidos hasta la garganta.

—Más que nada en este mundo —exclamó Taehyung en un hilo de voz.

Jungkook rió por lo bajo, aunque sonaba adolorido.

—Eso es lo que necesitaba escuchar.

Después de eso perdió conexión y un sonido de interferencia nubló la llamada.

Se giró hacía el panel de control con los ojos brillantes en color escarlata. Se acercó a uno de los radares y miró el punto rojo que seguía en movimiento.

—Su majestad... —Intentó decir uno de los asistentes, pero antes de que pudiera hacerlo el puntito rojo se partió en dos. Después unas letras rojas iluminaron todas las pantallas.

«Pérdida de conexión».

La avioneta había explotado.

El bullicio y jadeos incrédulos no se hicieron esperar. Taehyung miró las letras rojas en la pantalla, brillantes como el color de sus ojos.

Las personas se agarraron de las sillas y mesas para evitar caerse cuando el suelo se sacudió, lo que hizo que algo de polvo cayera de las grietas del techo. Taehyung se quitó el audífono y lo tiró al suelo para que se rompiera. Se pasó una mano por el cabello y apretó la mandíbula, intentando contener su propia magia que rogaba por salir.

El criminal de Flinesburg.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora