𝘕𝘢𝘳𝘳𝘢 𝘈𝘪𝘴𝘶𝘳𝘶:
Han pasado días desde esa noche. Nunca dejé de pensar en eso desde entonces, pero volvimos como antes, nunca hablamos y nosé porqué se me pasa por la mente el echo que yo haya sido solo para un rato... Un juego... Eso me pone mal, pero ¿Por qué me importa tanto?, Sé que me gusta y todo pero nosé porque no defiendo internamente mi dignidad.Ahora estoy en la azotea viendo el cielo y las lindas nubes con el brillante sol. Me gusta pensar en todo para despejarme, ya que no suelo decirle a nadie lo que pienso o lo que siento. Ahora mismo me siento sola y muy vacía, no me quiero sentir así pero es inevitable, aunque nosé si quiero tener a alguien a mi lado, no quiero quedar ilusionada y como una idiota, pero cuando pienso en él, es inevitable no querer estar sola.
Nunca quise tener a alguien a mi lado, pero ese hombre me hace querer todo y desearlo todo, quiero que el sienta lo mismo por mí, pero, nosé si el siento lo mismo. Ése hombre será mi perdición, me vuelve loca y no puedo evitarlo, ¡Es algo complicado!.
No quiero que me vea como una más, no quiero pensar que he sido de un rato, yo solo... Quiero que me desee, él me hace querer no estar sola. Toda ésta tristeza y profundo sentimiento extraño de vacío me desespera y me estresa.
Reviso la hora y tenía que tomar la medicina hace una hora, fuí a mi habitación y busqué las pastillas y no pude encontrarlas en el baño. Busqué por todo lo baño y habitación y ni rastros de las malditas pastillas, traté de mantener la calma y respirar tranquilamente. Busqué en el bar y en la cocina, le pregunté a Kurogiri pero no sabe dónde están, así que regresé a mi habitación.
La desesperación me atormenta y sin avisar las voces comenzaron a susurrar en mi cabeza muy rápido, odio ésto con mi maldita vida... Lo odio con todas mis fuerzas.
Aisuru: Basta... Basta... ¡Basta!... ¡¡Basta!! ──Me agarré fuertemente la cabeza sacudiendola de un lado al otro. Hasta que me choqué contra la cama cayendo al suelo, entonces empecé a llorar cerrando fuertemente los ojos── Ya... Basta...
Escuché una voz llamándome, abrí los ojos y veo a la persona enfrente mío. Es Dabi, y tiene mis pastillas.
Dabi: Supongo... Que ésto es tuyo. Lo encontré en la cocina ──Me dió el frasco de pastillas──
Saqué dos pastillas y las tomé rápidamente sin agua; y con los minutos me tranquilicé, pero mi respiración se entrecorta y mi cuerpo tiembla mucho.
Dabi: ¿Te... Sientes mejor?.
No quiero que me vea así, me da vergüenza
Enserio odio ésta maldita enfermedad de mierda.Le asentí con la cabeza sin mirarlo y aún en el suelo, el nudo en la garganta me impide poder responderle con palabras.
Luego de unos minutos de silencio, sentí que me levantaba del suelo y me dejaba cuidadosamente sobre la cama. Me abrazó apaciblemente y me acurrucó en su pecho, lo cuál me sorprendió bastante.
Dabi: No suelo hacer ésto por nadie. Pero como dije anteriormente... Contigo es diferente, me haces sentir diferente.
Aún no entiendo el porqué conmigo es diferente, pero hace que sienta mariposas en el estómago.
Dabi: Descansa un poco... Me quedaré hasta que te quedes dormida.
Aisuru: Está bien... Gracias.
Mi nariz pudo percibir su aroma, que no está nada mal, me gusta. Poco a poco iba quedándome dormida sintiendo el cálido calor de sus brazos y ese agradable aroma de él.
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Un Amor Súper Psicópata
Science Fiction𝙐𝙣𝙖 𝙣𝙞𝙣̃𝙖, 𝙝𝙞𝙟𝙖 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙢𝙖́𝙨 𝙥𝙚𝙡𝙞𝙜𝙧𝙤𝙨𝙤𝙨 𝙫𝙞𝙡𝙡𝙖𝙣𝙤𝙨, 𝙘𝙤𝙣 𝙪𝙣 𝙥𝙖𝙨𝙖𝙙𝙤 𝙤𝙨𝙘𝙪𝙧𝙤, 𝙦𝙪𝙚 𝙡𝙖 𝙞𝙣𝙛𝙡𝙪𝙚𝙣𝙘𝙞𝙤́ 𝙖 𝙘𝙤𝙣𝙫𝙚𝙧𝙩𝙞𝙧𝙨𝙚 𝙚𝙣 𝙫𝙞𝙡𝙡𝙖𝙣𝙖. 𝙋𝙤𝙧 𝙘𝙪𝙡𝙥𝙖 𝙙𝙚 𝙚𝙡𝙡𝙤𝙨... 𝙋𝙚𝙧...