three

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Buzón de voz la llamada se cobrará al terminar los tonos siguientes, bip, bip, bip...




Abrí mis ojos lentamente, no sabía que había pasado, lo último que recordaba era haber esperando a Kim desde las cinco de la tarde hasta la media noche, lo esperé tanto que la comida se enfrió, tanto que las velas casi se consumieron por completo.

Yo sabía que estar con su amante era más importante para él que yo, pero creí que tal vez me permitiría ser feliz en mis últimos días, aunque claro que Kim no sabe que estoy muriendo.

Depues de procesar todo, me di cuenta que estaba en un hospital, no tenía idea de cómo es que acabe aquí, pero al querer mover mi mano lo entendí, Arm de nuevo estaba aquí, cómo siempre.

Sonreí débilmente al menos iba a morir con acompañado de alguien que si me quería, una lágrima descendió por mi mejilla derecha.

-Lo siento.- Mi mirada fija en la mano que sostenía la mía, Arm estaba dormido, pero aún así sostenía mi mano con fuerza, aferrándose a ella. -Gracias por estar aquí también.- Al parecer está vez hablé un poco más alto que lo hice despertar.

-Chay.- Sus ojos se cristalizaron y yo solo me sentí un poco más culpable. -¿Por qué no me lo dijiste? ¡No es justo que tú sufrirás solo!- Solté una risa débil, él estaba haciendo un drama por nada. -¡No te rías no es gracioso!- Mi risa seso al ver cómo comenzó a llorar.

-Lo siento.- El cansancio está pidiendo conmigo, mis párpados pesaban cada vez más.

-¡No!- Dijo Arm tapando y limpiando en el proceso sus ojos con su ante brazo izquierdo, la otra mano aún sujetaba mi mano. -¡No es justo! ¡A las personas buenas les tienen que pasar cosas buenas! Tú eres un gran ser humano, no puedes morir, no por favor... yo...- La voz entrecortada de Arm paro. -Yo aún te necesito, Chay por favor.

Mi corazón se sintió cálido. -Arm gracias, por estar siempre ahí, incluso ahora, creí que moriría solo, pero otra vez tú estas aquí.- Mi voz era lenta estaba apunto de dormirme de nuevo.

Arm simplemente asintió. -Chay yo siempre estaría para tí, siempre, yo... ¡Chay! ¡ENFERMEROS!

El sonido de la máquina anunciando la muerte de la persona conectada a ella hizo presencia.
Los llantos y súplicas de la única persona ahí también se escucharon.




















Era aproximadamente la una de la madrugada cuando Kim por fin bajo del avión, resulta que el viaje duro aproximadamente cinco horas, tenía pensado abordar desde las once de la mañana para llegar antes y estar el tiempo suficiente con su esposo, pero simplemente le fue imposible dejar a su chico desde temprano, igual Chay siempre le esperaba y creía cualquier cosa que le dijera.

Al tener sus maletas se estiró y quitó el modo avión de sus celular, el aparato de inmediato comenzó a vibrar eran llamadas perdidas de Chay y Arm, de Chay se lo imaginaba, pero el que Arm también le hubiese llamado le dió mala espina.

-Señor Kim.- Le llama uno de los guardaespaldas recién llegado antes de que le regresará la llamada a Arm. -Él señor Chay está hospitalizado, Arm nos dijo que le dijera en cuanto aterrizará.

-¿Qué carajos pasó? ¡Les e dichos siempre que la seguridad de Chay es escencial!- Casi grito caminado muy rápido hasta llegar al coche.

-Arm no nos dijo con exactitud, solo dijo que lo encontró desmayado.

-¿Lo dejo solo? ¿ES UN IDIOTA A CASO? ¡COMO PUEDE SIQUIERA DEJAR A CHAY SOLO!- Kim estaba culpado a alguien más, siempre lo hacía más aún cuando sabía que el único responsable era él, pero era más sencillo culpar a alguien más.

I'm not the only one | KIMCHAY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora