Un final mejor que el original

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*Había caminado por estas calles toda su vida, calles por las que solía correr cuando era un niño para ir a jugar con sus amigos al parque cercano o escuchar las historias que un anciano solía contarles ahí pero esta noche era diferente, todo se sentía más tranquilo que de costumbre, no había gente caminando a pesar de ser todavía temprano, tampoco podía escuchar el maullido de los gatos o el ladrido de los perros de los vecinos era como si aquel camino por el que toda su vida había transitado en su regreso a casa ahora se hubiera convertido en un lugar diferente y sombrío pero ahí se encontraba el Issei Hyoudou, un estudiante de la academia Kuoh, la academia que hace tan solo un año había abierto sus puertas al plantel masculino y ese mismo estudiante ahora se encontraba cojeando de camino a casa, con uno de sus ojos morado, una mejilla totalmente hinchada y con manchas de sangre así como rasgaduras que cubrían su uniforme escolar, su cabello estaba desordenado y su cabeza también tenia señales de haber sido golpeada, esta apariencia era impropia de un estudiante de preparatoria que no se metía en peleas y que tampoco buscaba problemas con otros estudiantes, por lo que las únicas dos opciones viables era que hubiera sido atacado por chicos de otra escuela o por compañeros de escuela que les gustara molestarlo pero ese no era el caso, también estaba la otra posibilidad de que se hubiera metido en problemas con alguna pandilla o que le hubieran asaltado pero esto también era imposible ya que la ciudad en realidad era bastante tranquila, no, la razón detrás de su lastimera apariencia eran las chicas del club de kendo que lo habían golpeado hasta la muerte por espiarlas mientras se estaban cambiando de ropa, no era como si no lo hubiera hecho antes pero en esta ocasión las cosas fueron diferente, ya que quienes eran sus "amigo" si es que podía llamarlos así lo habían abandonado a su suerte, lo había entregado como un cordero de sacrificio con el fin de salir librados y ya que uno de los dos dejo atrás una cámara de fotos que las chicas claramente examinaron y donde descubrieron fotos de ellas en ropa interior asumieron que era suya y aunque el podría haberles dicho que era de uno de sus "amigos" aun así eso no lo hubiera ayudado en nada pues solo hubiera conseguido que las chicas se enojaran más con el porque habrían asumido que el también tenia esas fotos pues sus "amigos" le compartían todo tipo de material ecchi que pudieran conseguir y gracias a eso las chicas no tuvieron piedad de el aunque su estado actual también era debido a que gracias a que consiguió engañarlas diciéndoles que un profesor se acercaba y eso las distrajo el consiguió escapar ya que las chicas tenían la intención de romperle los dedos de las manos para ver si así aprendía a no espiarlas y mientras continuaba caminando a duras penas pensando en que se suponía que se debía convertir en el rey de un harem, ya que gracias a que la escuela al ser mixta ahora tenia todavía pocos chicos eso lo haría popular sin mover un dedo pero a pesar de todo, ya era primera, hace tan solo unas semanas había cumplido 17 años y también ya estaba en segundo año de preparatoria pero no había conseguido tener novia en todo este tiempo algo que lo desanimaba mucho y de repente notó una gran carpa instalada al lado de la carretera que no recordaba que estuviera allí esa mañana cuando paso por ahí rumbo a la academia pero su curiosidad le pudo así que decidió acercarse.

Issei: Así que un adivino eh *murmuró leyendo el mensaje que estaba escrito en una pizarra fuera de la tienda* supongo que vale la pena intentarlo, aunque no tengo mucho dinero conmigo más que el que planeaba usar para comprar aquel nuevo juego que sale a la venta mañana después de clases y si resulta que solo es un charlatán abre perdido todo mi dinero pero si resulta que es verdad y mi futuro es prometedor entonces habría sido una buena inversión *tras ello decidió entrar en la carpa pero tan pronto como puso un pie dentro no pudo evitar estremecerse ante el siniestro aura que lo rodeaba, ya que parecía algo sacado de una película de terror de las que solía ver en la tv pues había muñecas vudú que estaban colgadas del techo, había varios papeles pegados por toda la tienda con escrituras raras que no entendía, también una urna de aspecto extravagante en una de las esquinas pero lo que más lo aterrorizó fue el hombre sentado detrás de una mesa cerca del borde de la tienda, llevaba una capucha puesta así que era difícil ver su rostro sin embargo la débil luz de una vela sobre la mesa le hizo más fácil ver su rostro, tenia el cabello rubio, en sus mejillas había dibujadas líneas que se asemejaban a los bigotes de los gatos, sus ojos eran de un azul oscuro similar al que se puede ver en aguas profundas pero lo que más destacaba de el era su complexión pues la túnica que llevaba casi parecía estar suelta pues a simple vista podía decir que aquella persona tenia una complexión solo un poco mayor que la suya*

Ser cornudo No está en tu futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora