— Tendremos un bebé — Al escuchar esas palabras su cerebro simplemente hizo un corto circuito.
— Mira, sé que me burlo de ti muy seguido, pero si esto es una broma, no es gracioso — Al no poder procesar correctamente lo dicho, lo primero que atinó a pensar es que sólo lo estaba molestando.
— Claro que no es una broma, idiota — Su pareja rodó los ojos fastidiado — Esto es serio, estoy embarazado — Se obligó a sí mismo a respirar. Lo pensó bien: iban a tener un bebé, es decir, un hijo. Eso los convertía en padres, y eso también los volvía una...
Una inevitable sonrisa se extendió en su rostro al entender que conseguiría aquello que creyó imposible. ¡Tendría una familia! Sin esperar un segundo más, se acercó a su amante, quien lo miraba expectante, y lo alzó por los aires con total euforia, provocando una gran sonrisa en el contrario. Ambos soltaron fuertes carcajadas de pura felicidad. Aún no lo creían del todo, era algo demasiado irreal,
¡Dazai Osamu y Nakahara Chuuya serían padres!
Cuando se calmaron un poco de aquel gran entusiasmo, el castaño bajó con cuidado a su pareja, acostándose junto a él en aquella cama que compartían desde hace un tiempo. Suspiró contento mientras escuchaba a su pareja reírse un poco, pensó un segundo y su cerebro se volvió a reiniciar, recién reparando en un pequeñísimo gran detalle.
— Espera un segundo, eres hombre, ¿cómo se supone que estás embarazado? — La curiosidad fue clara en su tono de voz. A pesar de ya tener una teoría del porqué, aún seguía siendo algo anormal, así que decidió librarse de toda duda.
— Bueno, el científico loco ese que me "creó"... — Aún le dolía un poco recordar eso, lo sentía muy reciente — Parece que añadió ciertas cosas a su experimento — Se encogió de hombros, ni siquiera él entendía bien esta situación, pero eso no le quitaba la felicidad.
— Hmm... Me lo imaginaba — Pensó unos segundos — Puede que haya añadido ciertos órganos femeninos a tu anatomía o probado con insertar hormonas que a largo plazo se encargarían de desarrollar aquella capacidad... — Se le ocurrían cientos de formas, pero era lo de menos en ese momento.
Ninguno de los dos se habría imaginado nunca que serían capaces de formar una familia. Es decir, ambos son parte de los cinco líderes de la mafia que controla la ciudad, uno de ellos siendo la mano derecha del jefe y el otro el mejor artista marcial de la organización. El amor y la familia no estaban en sus vocabularios, y a pesar de eso, el amor les llegó cuando se conocieron a los 15 años y ahora, a los 18 años, casi 19, tendrían una familia. Era simplemente increíble.
Dazai había sido criado para ser de la mafia, desde que Morí lo "salvó" de aquel intento de suicidio, su vida había estado enfocada totalmente en la organización. Sobre todo cuando se convirtió en el Líder más Joven de la Historia de la Port-Mafia, su trabajo como ejecutivo era indispensable, más de la mitad de las ganancias e ingresos de la mafia eran gracias a él. Desde que tiene 15, todos le temen y respetan, por esa razón, jamás se vio ni un poco interesado en enamorarse y mucho menos en tener una familia, lo había considerado una pérdida de tiempo y como algo innecesario, sin saber que años más tarde sería lo que más anhelaba junto a su persona especial.
Y Chuuya, por su parte, desde que Osamu lo reclutó luego de la traición que sufrió por parte de su anterior grupo, Sheep, se había estado enfocando plenamente en el cumplimiento de misiones y en volverse más fuerte. Logrando así, convertirse en el más poderoso en términos ofensivos de toda la mafia. No obstante, al contrario del castaño, él toda su vida ha deseado una familia, desde que tiene memoria, siempre estuvo solo. A pesar de ser acogido en Sheep, él sabía que solo lo utilizaban como arma y en la Port-María creyó haber encontrado lo más cercano a eso, al menos hasta que le fue arrebatado a los 16 años. Por esa razón, saber que tendría un hijo junto a la persona que más amaba en el mundo y el único que no lo veía como un monstruo, le hizo muchísima ilusión y le causó una gran felicidad.
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We will be a Family - Soukoku
FanfictionDaba igual lo que tuviera que hacer, asegurar el futuro de su familia era su máxima y única prioridad