En un reino nacieron dos príncipes, uno heredaría el reino a ser el hijo mayor mientras el otro solo iba a ser un príncipe. Realmente ninguno de los dos iba a vivir mal, o al menos seguirán en esa jaula de oro dónde podrían vivir. El hijo mayor era característico su cabello negro al igual que sus ojos, cuando de niño vestia de morado por qué su padre quería que el reflejará la grandeza que debía honrar el resto de sus días con la corona que algún día iba ser suya después de que su padre falleciera esa era la tradición que debía seguir al pie de la letra.
Mientras tanto la menor era una bendecida así dicho por aquella belleza que tiene desde muy joven, cabellos rubio y unos ojos adorados. Muchos decía que fue bendecida con aquellos ojos y belleza que representaba desde muy temprano edad, no solo físicamente era hermosa también su personalidad lo era, amable, bondadosa y aquella voz que mostraba seguridad a todos.
Él legítimo heredero no era feo, su personalidad era fuerte como para liderar pero los rumores decían que él rey no lo veía como gobernador, y que por eso le muestra indiferencia al hijo mayor, a la única que los padres amaban era la hija que tenía y el mayor envidiaba ese amor. La verdad es que si hubo envidia por el amor de sus padres pero no por si padre, ya que este ya era de saberse no quería a ninguno de los dos, solo un heredero. Nada más. La única persona que llegó a deseas su cariño y nunca se le dió, fue su madre. Ella nunca lo quiso, en cambio ella adoro a su hermana menor.
Eso le causaba lágrimas a un pequeño niño que nunca logro comprender por qué ella nunca lo quiso.
En aquel jardín donde la reina se llevaba a la princesa menor para adorarla y decirle que algún día será alguien fuerte y poderoso, halagos y juegos por qué ella solo tenía dedicación a su hija menor. Llegó un punto dónde la reina tuvo que retirarse dejando a la joven princesa ahí, que este a escuchar llantos se acercó a hacia donde venía encontrando así a su hermano mayor que lloraba a darse cuenta que sin importar que, su madre nunca lo iba a querer como quería a su hermana menor, no importará que logro iba a tener su madre nunca le daría esa atención y cariño que tanto desea.
“¿Sucede algo, hermano?"
La voz tranquila y preocupada se hizo presente en aquel jardín, el mayor solo miraba a su hermana menor con envidia, ella si tenía cariño mientras que él solo iba a tener indiferencia de ambos padres «Estar solo parece ser su destino»
Él Príncipe heredero comenzó a gritarle, diciéndole que no le hable que ni siquiera estaban del mismo nivel, él iba a gobernar mientras que ella de adelante solo sería un princesa desechable, una moneda de intercambio.
“¿Estás triste por qué nuestra madre no te ama?"
Ante esa pregunta dejo de gritar para que una ira comenzará a nacer en el mayor, niña insolente.
“ oh dulce hermano mayor, que esto no sea una de tus preocupaciones. Yo a usted lo amo como el hermano mayor que es para mí, aquel amor que nuestro padres no te dan yo te lo daré."
la menor alzaba sus brazos en forma de estar dispuesto de recibir un abrazo del contrario.
Un príncipe que nunca fue querido se aferró a la única persona que iba amarlo de verdad, su hermana menor. Aquella hermana menor se convirtió en su adoración, demasiada pura y buena para este mundo. Cada que se sentía afligido era consolado por aquello rubia, cada lágrima era calmada por su hermana,cada alegría era compartida con su hermana. Su hermana fue la única persona que estuvo ahí para él, se aferró a la única persona que le mostró cariño.
Ambos fueron criados de diferente modo, uno como el próximo heredero del reino, el otro solo como el reemplazo. Ninguno se quejaba de aquella crianza, puesto que ya habían aceptado su destino, el destino que se le había puesto a ambos desde que nacieron. Solo se rindieron a intentar algo más, ya que solo tenían que ser eso por el resto de sus días.
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𝓗𝓲𝓼𝓽𝓸𝓻𝓲𝓪𝓼.
Random«"Solamente historias, sin protagonista más que la vida misma como protagonista. Solo historias."»