Are U OK?

¿Anillo?

"Tenemos que hablar"
...

¿Amor? Amor era una palabra cohibido por decepción y promesas rotas. Dudé tanto en decirte "Te amo". Porque las veces que me lo dijeron, sufrí al saber que sus "Te amo" eran para  desnudarme y tenerme a sus merced tal cual objeto nuevo.

Han pasado casi 7 años desde que lo conocí, el recuerdo de su húmeda figura en aquel parque de Universidad. El  primer mensaje que dio inicio a grandes charlas nocturnas. Fui tonto al cegarme por tanto tiempo y pensar que lo mutuo es imposible de existir. Sus labios chocando contra los mios en aquella fiesta, fueron el cristal de ayuda para todo aquello que nublaba mis ideas. Si no fuera por él ¿seríamos algo hoy?

Hace 7 años, nunca hubiera imaginado estar aquí. Estar en un punto de mi vida en el que todo toma una alineación perfecta, y es tan difícil asimilar. El hecho de ser arquitecto en una importante constructora del País o el pronto mundarme al departamento que anhelo desde hace mucho. Sin embargo, Lo que hace perfecto este momento es tener a mi lado a Poncha y mi novio, mi futuro esposo... Robert.

Él aún no lo sabe, pero llevo planeando en cómo pedirle matrimonio desde hace un mes. Sé que no le gusta las cosas grandes, así que pienso hacerlo esta noche antes de mudarnos al depa nuevo.

- ¡Wiiiiilll, deespieeertaaaa!

Era la voz de Robert. Siempre se levanta más temprano por su horario de trabajo.

- 5 minutos más porfa.-dije aún de sueño.

Hacer los planos del nuevo proyecto la noche anterior, me habían dejado muy cansado y lo último que quería era despertar.

- ¿cuál 5 minutos? Te conozco y esos 5 minutos se convertirán en una hora. Así que anda dormilón a levantarse.- Dijo mientras salía de ducharse.

Abrí los ojos levemente para ver aquella figura que genera un calor inmenso sobre mi cuerpo, aquel que pide a gritos saciar sus impulsos de animal. Pero no, este no es momento para estar calenturiento.

-llama a mi jefe y dile que estoy enfermo o algo.- me acomodé debajo de las colchas para cubrir mi rostro vergonzado.

- Chiqui, levántate. luego te andas quejando que llegas tarde y me hechas la culpa. - dijo antes de lanzarse sobre mi y darme sacudidas bruscas.

-!para! Rob paaraaa.- dije a apenas  por el movimiento.

-no lo haré hasta que te levantes.- volvió a sacudirme.

- ¡ya! Si, ya ganaste. ya no más sacudidas por favor. Me gustan pero no de esa forma.- dije en tono burlón.

- No pues, se nota que andas más despierto.- dijo soltando un guiñó y pasando su lengua por sus labios. Aquella mirada pícara que a solo él le quedaba de maravilla.

- Calla pervertido.- dije escapando de su agarre.- mira como has mojado las sabanas, al menos te hubieras secado.- fingí estar molesto, aunque muy dentro quería que siguiera el juego.

- Tú tienes la culpa, no querías despertar y era lo único que podía hacer. - fingió indignación.

- La próxima me moveré para que caigas.- le hice ojos chinos.

-jajaja no creo que puedas.- dijo saliendo de la habitación.

- ¡Escapa cobarde!

Me quite la ropa y me metí al baño.  Me sentía feliz, tenía una sonrisa de  oreja a oreja como dice mi mamá. Hoy es el día en el que iba a pedirle que  sea mi esposo.

Salí del baño, me cambié y fui a la cocina. Allí estaba, el desayuno preparado por Robert. No lo sé, pero ese detalle siempre alegraba mis mañanas.