T.2 Cap.2 Intento de escape

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A la mañana siguiente, Raptor fue el que se despertó primero, ya que el hecho de estar encadenado, no le permitía moverse con demasiada libertad.

Notó que Sparta seguía pegado a él y durmiendo, entonces aprovechó, estiró uno de sus pies y logró acercar el aparato que se le había encontrado. De igual manera alcanzó a agarrarlo con sus manos y empezó a revisar.

Pudo haber llamado a sus padres con eso, pero no existía señal y el celular no contaba con saldo; se volvió una cosa inservible.

El de ojos verdes comenzó a llorar y sus sollozos terminaron por despertar al otro, quien no parecía muy feliz por lo mismo.

Sparta: Agh *talla sus ojos y bosteza* ¿Qué es todo ese maldito ruido? *se levanta y aleja de Raptor* ¿¡Ya no puedo dormir en paz!?

Raptor: L-lo lamento *snif* E-es que ya no quiero estar aquí... E-encerrado *siguió llorando*

Sparta: Cuanto lo siento, Raptorcito, pero tú y yo no vamos a ir a ningún lado *finge una cara de tristeza* La policía me sigue buscando, ¡Y NO PRETENDO IR A PRISIÓN!

Raptor: Yo sé que no, p-pero al menos ya sé cuanto me amas, ¿N-no podrías hacerlo por mi bien?

Sparta: ¿¡TU BIEN!? *agarra su cuchillo y corre hacia él* ¡TÚ PERTENECES AQUÍ CONMIGO! *llega y lo sujeta fuertemente por el cuello* ¡TÚ NO DEBES IR A NINGÚN LADO! ¡TÚ ERES MÍO! MÍO Y DE NADIE MÁS

Raptor: Agh *empieza a toser* S-Sparta... N-no respiro. S-suéltame, por favor

El de cabello castaño claro aceptó la orden y lo soltó, aunque luego le tiró una patada en su entrepierna, haciendo que el otro cayera más rápido al suelo, sujetando su zona lastimada.

Sparta: Aún te quiero vivo *ve su cuchillo*

Un rato analizando el arma y después la lanzó con bastante fuerza hacia la pierna del castaño oscuro. Esta se clavó al instante, provocando un dolor horrible.

Raptor: ¡AHHH! *ve su pierna herida* Agh, e-eso dolió demasiado *da varios suspiros tratando de controlar su suplicio*

Sparta: *se agacha y queda frente a la cara del otro* ¿Podrías guardar mi arma, amor? *sonríe y le deja un beso en los labios* Prometo que no tardaré mucho

Tras avisar sobre su salida, Andrés se dignó a dejar el sótano y subir a su habitación a cambiarse de ropa.

Cabe destacar que lógicamente no iría a investigar su antigua casa en ese momento, sino hasta la noche, cuando casi nadie está en las calles.

El de ojos cafés salió y eso calificaba como una oportunidad para escapar.

Entre su ropa, Ari guardaba varios objetos con puntas delgadas; agujas, clavos, tachuelas, clips y un poco más, todo eso para intentar quitarse la cadena que aprisionaba su tobillo.

En esta ocasión, usó el clip y tras varios intentos, lágrimas y desesperación, su aprisionamiento cayó, permitiéndole moverse... Casi del todo; aún tenía el arma blanca perforando su carne.

Con mucha dificultad, llegó al primer piso de la cabaña donde estaban viviendo y realmente le impresionó que estuviera tan cuidada, debido a que el espacio donde se encontraba, tenía las paredes húmedas, estaba frío, el suelo rechinaba, etcétera.

Rápidamente buscó un teléfono por todos lados, más no visualizó tal cosa. Optó por abrir el refrigerador y ver que había de comer, ya que su estómago le exigía algo. Vió un poco de spaghetti con albóndigas y no dudó ni un segundo en comerlo, aunque estuviera frío. Sintió una gran satisfacción al terminar ese platillo.

Amor Yandere (Spartor) 🔪🩸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora