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Al final habían vuelto a la pensión para intentar convencer a los hermanos de que dejaran a Elena hacer el ritual.
La conversación de Auroras y Elías no duró mucho ya que Elena llegó y comenzó a preguntar sobre el ritual una vez más y como antes Aurora solo hizo caso omiso.
Así mismo cuando regresaron a la casa ella se dirigió directamente a su habitación para ver a Luna mientras Elías y Elena se encargaban de las cosas abajo pero al final se dirigió de nuevo a la cocina para poder alimentar al gato.
Pensó que nadie la molestaría pero se equivocó, al final Elías la encontró pero no dijo nada.
Se limitó a observar como Aurora tenía a Luna en la encimera mirando como cortaba algunas cosas para alimentarla y también hablaba con ella. Le parecía tan divertido como a Aurora no parecía gustarle nadie no pensaría que incluso le gustaran los animales pero así era.
"Siento mucho haberte dejado sola mi amor..." dijo Aurora extendiendo la mano ofreciéndole un trozo de plátano que Luna le cogió. "¿Me perdonas?" La niña se inclinó más cerca de la gata que acababa de apretar su cara contra auroras y se acercó para que la niña la abrazara.
"¡Te amo mi corazón!" Aurora levantó a Luna y la abrazó con fuerza.
"Pensé que la habías encontrado en Nueva York" Elías finalmente hizo acto de presencia, haciendo que Aurora dirigiera su mirada hacia él.
"Llevo hablándole los dos idiomas desde que era un bebé. Me gusta creer que los conoce y además suena mejor" contestó, dejando a Luna de nuevo sobre la encimera para que pudiera comerse el resto del plátano.
"Bien... te amo es... ¿te amo?" Cuestionó ahora acercándose a ella.
"Sí pero... creo que te amo tiene un significado más profundo para mí decir te amo es como decir el quiero y te amo solo suena más profundo ¿sabes?". Le explicó y él solo asintió.
"¿Te acuerdas de tu madre?"
"Ya no vamos a hacer eso, se acabó la sesión de terapia" interrumpió ella, no quería responder más preguntas él ya la había hecho sumergirse en sus sentimientos y ella ya lo había superado.
O simplemente temía que él fuera capaz de tocar un nervio.
"¿Por qué no vas a hablar literalmente con alguien más en esta casa?" Ella cuestionó notando que él trató de hablar con ella más que con cualquier otra persona allí.
"Sólo pensé que necesitabas a alguien con quien hablar y nadie más parece gustarme aquí" se encogió de hombros apoyándose en el mostrador.
"¿Y a mí?" Ella levantó la ceja sin creer que él realmente pensara eso.
