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Una voz fuerte resonaba en aquel bosque, logrando que un joven cazador perdiera su presa. Un suspiro salió de su adentro, para voltear a ver quien lo estaba llamando con tanto entusiasmo

—Hermano!— se volvió a escuchar, era un joven de 15 años con una sonrisa de oreja a oreja

—Nathael! ¿que sucede hermano?— preguntó aquel joven era Leonel, primer hijo del emperador...

—No vas a creer que me sucedió! Conocí al amor de mi vida... quiero que sea mi esposa, ayúdame a conquistarla! ¡Por favor!— los ojos de Leonel se abrieron de par en par, no esperaba que su hermano gemelo quisiera algo así... después de todo era un chico que solo pensaba en divertirse

—no crees que es muy pronto?— Leonel tenía sus dudas, no podía negarlo... aunque sabía que nathael no era de los que caían en el amor tan fácilmente

—Leonel! Sabes que tengo toda la libertad de poder amar a quien quiera! Así que ayúdame— le suplicaba a su hermano, quien siempre fue un líder y por eso era el heredero al trono, para Nathael no fue complicado convencer a su gemelo

Leonel... era el futuro emperador de aquel imperio, un hombre que era líder por naturaleza

...

Nathael y Leonel, estaban hablando había pasado un mes desde que Nathael le había pedido ayuda con su enamorada... pero esta vez sería distinto

—Nathael... te tengo que confesar algo, ni siquiera se como decírtelo—

—Leonel, sabes que puedes confiar en mi— su sonrisa fue suficiente para calmar aquel corazón inquieto

—Me enamore— fue lo único que pudo decir, su cara estaba como un tomate no podía con la vergüenza

—Es del joven aruit, no es así?— pregunto Nathael quien no estaba demasiado sorprendido

—Que? Como lo sabes?— su sorpresa fue genuina, no sabía cómo su gemelo lo sabía

—hermano no es demasiado difícil saberlo— decía con su típica sonrisa burlona, lo único que logro fue que Leonel le pegara en el hombro... los gemelos eran unidos, eran la sombra del otro

...

Un grito, un golpe... fue suficiente para que Nathael interviniera en aquel arranque de ira del emperador

—Padre! Se lo suplico, por favor deje a Leonel, yo me haré responsable de todo!— pedia Nathael, mientras se había colocado enfrente de Leonel para poder proteger a su gemelo

El joven aruit, había mandado una carta al palacio... en la cual fue muy explícito con ciertas situaciones que habían vivido el y Leonel...

—El joven aruit es el próximo duque del sur... como te atreves a involucrarte con el, eres un fallo para la familia imperial— dijo con ira el emperador, ambos jóvenes solo tenían 16 años y temblaban de miedo al escuchar a su padre

—padre... yo— Leonel intento hablar

—Ni siquiera te atrevas a hablar en mi presencia, tu sabes de sobra que el futuro duque es alfa al igual que tu... como te atreves a fijarte en el... eres un alfa desviado— su rostro mostraba un odio profundo, aquel emperador no podía creer que había tenido un hijo de ese estilo, no... no lo iba a permitir jamás

—Nathael desde hoy eres el príncipe heredero, ¿entendiste? Mañana mismo comienzas las clases de sucesión— decía calmado, mientras los gemelos se miraban con incredulidad de lo que estaba diciendo aquel hombre

—pero padre, sabes que yo jamás podría ser emperador... por eso mismo me has ocultado de la sociedad— no era mentira, desde que el gemelo más pequeño demostró ser tan débil fue desechado por el emperador, obligado a ser la sombra de su hermano

—Con educación, serás un buen emperador, tan pronto como tengas un bebé alfa dejarás el trono al siguiente emperador, así que para eso mismo buscaré una emperatriz que te de unos fuertes alfas— Nathael intento protestar, no quería ser obligado a casarse, no lo deseaba vivir su vida como emperador solo quería seguir como siempre aunque no espero que su padre llamara a los guardias para sacarlo y encerrarlo en su habitación

—y tu... vivirás en el palacio frío, nunca más deseo verte, Leonel desde hoy dejaste de ser hijo mío— fue lo último que dijo antes de retirarse de aquella oficina

Desde aquel día ambos gemelos tuvieron prohibido verse... su única forma era hacerlo de noche, en ocasiones Leonel tomaba el lugar de su gemelo para hacer pruebas y algún que otro evento social con esto logrando que Nathael pudiera volver a sentir un poco de libertad

...

Habían pasado meses de aquel incidente donde borraron a Leonel de la familia imperial, el emperador del momento buscó rápidamente a una futura emperatriz, al final encontraron una joven que no era demasiado inteligente dándole facilidad al joven príncipe para poder hacer lo que gustara sin necesidad de que la futura emperatriz lo usara a su conveniencia

—Leonel... se que es difícil... pero podrías pasarte por mi? No quiero conocer a mi futura esposa, mi corazón es de otra persona y lo sabes, ayúdame— pedia, entendía que era un pedido bastante grande, su hermano solo lo miro con ternura

—Nathael, no te preocupes, yo me encargo de todo— su corazón aún estaba pensando en aquel joven que había dejado atrás... pero sabía que jamás tendrían una sola oportunidad.

Su padre, el emperador lo prohibido, si se llegaran a verse una vez más sería la muerte inmediata, tanto para aquel joven que tanto amó y para el mismo... solo causaría dolor

—gracias hermano!— salto para abrazarlo, nunca hubiera esperado que detrás de aquel pedido se encontraría un futuro de dolor y sufrimiento

...

Una cálida velada llena de risas y cariño, era tan hermoso el hecho de poder conectarse con alguien con una sola mirada esa era su relación con la futura emperatriz, pensó que jamás podría volver a amar como lo hizo alguna vez

El corazón de la joven, era adorable y muy ingenua lo que cautiva el corazón del gemelo mayor, aunque sabía que su hermanito la odiaba casi con todo su ser... no sabía cómo ni cuando se enamoró, pero lo hizo, después de tanto dolor pudo volver a latir por alguien

...

El libro se cerró... una mirada de dolor había estado leyendo el diario de su tío Leonel, el gemelo de su padre, todo tenía sentido en ese minuto

—no puedo dejar que esta información se sepa de ninguna manera— dijo decidida, la chimenea mostraba una flamante llama y se acercó con determinación para quemar aquel diario... pero un sentimiento la invadió, no podía hacerlo, no debía hacerlo, tomó aquel diario con ambas manos mientras lo miraba

Su tío describió todo lo que sucedió... y escribió todo sus sentimientos sin importar nada, solo era libre junto a su pluma

Un dolor, amor, tristeza, abandono, traición... tantas cosas de las que hablo en aquel diario y ella solo quería destruirlo, algo dentro suyo dijo que debía parar y guardarlo

Caí a los pies de la villana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora