Lee Hyukjae había visto la reacción de la pequeña niña calva a la caja de sombreros que colocó en la puerta principal de la casa que compartía con su padre.
Había averiguado que el hombre de sonrisa maravillosa y de ojos tan profundos que parecía que todas las preocupaciones del mundo entero cabrían dentro de ellos se llamaba Donghae, y que él era una especie de artista.
No había oído hablar mucho más sobre él, aparte de que era nuevo en la ciudad y que su hija había estado muy enferma.
Hyukjae sabía de observar que el otro hombre que había vivido en la casa había sido el novio de Donghae, pero parecía haberse mudado, y ahora sólo estaban Donghae y su hija. Eso estaba bien para Hyukjae.
Se había fijado en el otro hombre el primer día que se mudó dos casas más abajo en la calle donde estaba la pequeña casa que heredó de su madre.
No es que se hubiera hecho alguna ilusión de que Donghae lo notara, ni de que saliera con él.
La gente de la ciudad había estado hablando de Donghae y su hija durante meses, sus lenguas batiéndose como una bandera al viento en el Lago Superior.
Al parecer, Lee Donghae era un artista muy famoso, sus cuadros colgaban en museos y se vendían por mucho dinero en todo el país.
Eso fue una cosa que Hyukjae descubrió muy pronto después del accidente que lo dejó casi completamente mudo, la gente pensó que como no podía hablar, no podía oír o pensar.
Apretó el mango de la pala de nieve mientras su ira y dolor brotaba en su interior. Él era la misma persona que había sido antes del accidente, y le gustaría poder hacer ver eso.
Después de observar la parte delantera de la casa durante unos segundos más, Hyukjae dejó que el chillido de alegría que había oído a través del viento trajera una sonrisa a su cara mientras volvía a sus tareas.
Tenía que conseguir quitar la nieve que había empezado a derretirse transformándose en hielo que nunca podría quitar de la acera.
Hyukjae trabajó durante casi una hora, y estaba a punto de poner la pala lejos cuando vio a Donghae y a su hija salir de la casa.
No pudo reprimir una sonrisa cuando vio a la niña llevando el sombrero rosa que él le había dado.
Ella tomó la mano de su padre, y Hyukjae se acercó, saludándolos. Vio el saludo de la niña antes de que soltara su mano de la de su padre y caminar por la acera hacia él.
—Hola —dijo con una sonrisa—. Gracias por los mac–queso, estaban realmente buenos.
—Hyukjae asintió con la cabeza y sonrió, viendo como la chica ladeaba la cabeza con curiosidad.
Hyukjae se tocó la garganta y sacudió la cabeza—. ¿No puede hablar? —preguntó ella, y él negó con la cabeza.
—Haru no molestes al hombre agradable —dijo Donghae mientras se colocó detrás de su hija.
—Papá, no puede hablar —le dijo ella.
Hyukjae estaba acostumbrado a las miradas compasivas o sonidos nerviosos cuando la gente se enteraba, pero Donghae le sonrió y le tendió la mano.
—Soy Lee Donghae, y ella es Haru —dijo mientras estrechaba con firmeza la mano de Hyukjae.
Una vez que lo soltó, Hyukjae señaló el nombre bordado en su chaqueta. Una de las cosas que había empezado a hacer después del accidente fue agregar su nombre a sus chaquetas y abrigos.
Fue la mejor manera que descubrió para decir fácilmente su nombre a la gente del pueblo—.
Es un placer conocerte, Hyukjae —dijo Donghae con una facilidad que Hyukjae raramente había visto en otros.
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Love Arrives in Silence
RandomCuidar a un ser querido con cáncer es difícil. Hacerlo solo, es abrumador, especialmente cuando ese ser querido es un niño.