Lionel ha sentido distante a su marido desde hace unas semanas, quiere creer que sólo es una mala racha en el trabajo y que todo va a mejorar al otro día. Todo cambia al contestar una llamada del celular de su pareja y al leer los mensajes sugerente...
Yo nunca fuí suficiente para vos, lo intenté tantas veces pero ninguna funciono. Y me dí cuenta tarde de que haga lo que haga, nunca iba a ser suficiente porque vos siempre querías más de mí, algo que yo nunca te pude dar. Algo que siempre deseamos los dos pero jamás obtuvimos a lo largo de la vida.
¿Por qué no puedo ser suficiente?
Mil veces me repetias que yo era el único al que mirarías, el único dueño de tú corazón, pero no es así. Resulta que en este matrimonio somos tres y no dos.
Nunca pensé que fuera así, quizás en el fondo de mi corazón lo presentía pero me negaba rotundamente a creer que fueras así, quería pensar que aún existía algo de amor para mí. Pero lastimosamente no fue así.
Y sé que él no tiene la culpa, ni vos ni yo. Pero aún así le guardo rencor a los dos, es infantil, lo sé, pero ¿que harías en mi lugar?, posiblemente me lo recriminarías en cada momento.
La almohada está llena de lágrimas pero no te das cuenta, cómo siempre te das media vuelta y dormís cómo si nada.
Me estás haciendo daño pero yo aún sigo amándote, es patético, yo soy patético.
Te abrazó por detrás y veo marcas que yo nunca hice en tu cuerpo, es precipitado pensar en algo malo pero, tus actitudes no me están ayudando mucho.
Dejó de pensar en todo cuando te das vuelta y me abrazas, puedo sentir por fin tu calor corporal para dejar de morirme de frío.
Me siento en paz.
Pero después te escuchó murmurar un nombre que no es mío de tu boca, puedo sentir la bilis pasar por mi garganta.
Hay un dicho de que si hablas dormido de alguien es porque lo deseas o querés tanto que no lo sacas de tu mente.
Cáustico. ¿No?
Me hago hago a un lado para irme de la cama, no me siento cómodo con vos compartiendo misma cama aún sabiendo tu traición. Sacó de la mesa de noche una caja de cigarrillos que juré no tocar desde hace años, pero ahí estoy en la terraza, fumandome el sexto cigarro del día.
Las lágrimas se esparcen en mis cachetes rojos por el rocío de la noche. Recuerdo momentos de cuando éramos novios y no pasaba por este dolor, en ese tiempo vos me amabas. Yo también, pero había una diferencia, era que yo jamás dejé de hacerlo.
Secó mis lágrimas rápidamente a la vez que apago el cigarro al escuchar la puerta abrirse, estás parado mirándome confuso.
— Hace frío aquí, ¿por qué te fuiste? - Preguntás.
— Tuve una pesadilla. - Miento. — ¿Vos también tuviste una?, te escuché hablar.
— La verdad es que no me acuerdo. - Mentís. Siempre arrugas tu frente cuando mentís o algo no te gusta.
Y sólo me rio porque es lo único que puedo hacer, después de todo el cuernudo soy yo.
— ¿De qué te ríes?, vamos lio, ya es tarde. - Insistís.
Si te contaría de que me río ¿te reirías también?, pero quizás niegues todo. Porque yo soy el bobo que se inventa cosas y vos el inteligente que es un santo. Siempre fue así.
— Sí, dale. - Me levantó de la silla y entró al cuarto, me siento fuera de lugar, lo que fue nuestro alguna vez ahora me da escalofríos. — Buenas noches.
Murmuró para que escuches, me contestas igual y te dormís antes que yo. Pero no pude pegar el ojo en toda la noche, quizás si me estoy volviendo un poco loco, pero es por vos y por el amor que te tengo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Aclaraciones! Infidelidad. Actualizaciones lentas. No apoyo ni creo que estén bien las acciones / actitudes que podrían llegar a tener las personas en el fic.
