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Ya eran las 11:00 de la noche y HoSeok a duras penas estaba organizando todo en su departamento, después de que sus padres se enteraran que tenían un hijo homosexual y decidieran echarlo de la casa.

HoSeok no comprendía cuáles crueles podían ser los padres... O bueno al menos los suyos.

El no podía creer que los padres con los que algún día jugo, río, lloro, la paso bien y que les contaba casi todos sus problemas, ahora eran los mismos padres que lo habían corrido de la casa en la que vivió tantos años, pero pronto esos años no eran más que míseros recuerdos.

Habían pasado dos semanas desde que HoSeok se mudó para su  ″estable"  apartamento.

Si, "estable" ¿Por qué estable con comillas? Fácil.

HoSeok necesitaba mudarse cuánto antes de la casa de sus progenitores, así que el primer apartamento barato que vio lo quiso antes que otra persona se lo quitará.

El departamento no era muy grande, sin embargo allí HoSeok se sentía más que cómodo. Ya no estaba en la casa de sus padres, ya estaba fuera de ese infierno hecho de  golpes, regaños y algunos intentos de suicidio.

Una parte del cerebro de HoSeok se sentía culpable por ser homosexual y ser la decepción de su familia, pero otra parte de su cerebro le decía que si sus padres no aceptaban lo que era y sus gustos, el no viviría rogándoles a sus padres que lo aceptarán.

La alarma sonó eran las 5:00 a.m.

Se lavanto rápido, tomo una ducha y se vistió con unos pantalones anchos rasgados, una sudadera igual algo grande para su cuerpo.

Tomo su mochila y se fue para su Instituto. Al llegar el reloj ya marcaba las 6:25 ya era hora de entrar a clases, pero HoSeok no encontraba su aula.

Solo estaba perdido en los pasillos de esa grande Institución, de pronto tocó un timbre indicando que ya todos los estudiantes debían de estar en su respectiva aula. HoSeok  no sabía que hacer por lo que se dispuso a correr exactamente buscando el aula, A-3b. Al menos ese era el plan, pero no pudo realizarlo ya que chocó con una espalda, miro hacia arriba para disculparse y... ¡Maldita sea ese tipo era jodidamente alto!

—¡Oh! Cuánto lo siento pequeño estás bien.—Dijo con su voz algo ronca. Hoseok pudo deducir rápidamente que ese era un alfa gracias a sus feromonas con olor a pino.

—¡Lo siento yo, yo fui el que chocó contigo!—El Omega se disculpo.

—¿Eres de nuevo ingreso verdad?

—Ah si, ¿Me podrías indicar dónde queda el salón A-3b?—Dijo algo tímido el pequeño Omega de cabellos rojos.

—¿Estás estudiando gastronomía?—pregunto con curiosidad el más alto.

—Ah si me gusta cocinar.—Dijo nervioso por qué el tiempo pasaba y ya habían comenzado las clases. Una mano agarrando con suavidad su brazo le interrumpió los pensamientos al más pequeño.

—¡Rápido pequeño corre ese salón es en el otro edificio!—Dijo el más alto, el también estudiaba gastronomía, eso le recordaba que la última vez que llegó tarde recibió un regaño y un golpe en la mejilla.

Seokjin dio las gracias a todos los santos, por qué todavía no había llegado el estricto profesor, fue entonces que se detuvo a ver al pequeño Omega que llevaba del brazo. Este estaba muy agitado.

The vampire of my apartment (Vhope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora