Capítulo Único.

39 8 16
                                    

Era una noche normal, estaba con mi novio, Klaha, en el sofá viendo una película, él le había dado una crisis hace más de unos 10 de minutos y para calmarlo decidimos ver alguna película para ver si se calmaba lo cual lo hizo. Mientras el estaba acostado sobre mi pecho me da un beso en el cuello el cual hace que mis mejillas se tiñan de un color carmesí, pero él no paro con los besos, sabía lo que quería y era lo que no hacíamos hace muchos meses, una noche de pasión. Nos necesitábamos mutuamente, nos deseábamos.

Klaha besaba y mordía mi cuello dejando mordidas y marcas de su labial negro en mi cuello. Lo admito, mi novio era algo rudo en el sentido de sexo, por lo cual empecé a sollozar de dolor pero a la vez de placer, pero un dedo se poso sobre mis labios, era su dedo haciéndome callar. Empezó a bajar por mi torso y desabrochando mi camisa de mi pijama para empezar a depositar besos, mordidas y chupetones.

—Por favor.. No te hagas de rogar y empieza.

Dije en forma de súplica, ¿estaba tan desesperado por tener sexo? Posiblemente pero lo necesitaba, necesitaba a él, necesitaba a Klaha.

Mi amado empezó a bajar mis shorts color rojo oscuro y me dejó totalmente desnudo, empezó a lamer dos de sus dedos y cuando estaban completamente mojados los introdujo en mi estrecha entrada, empezó a hacer pequeños movimientos suaves pero rudos que me hacían soltar pequeños y suaves jadeos, luego de un rato estar haciendo movimientos con sus delgados y largos dedos en mi entrada por fin se desnudo por completo y agarró un preservativo que estaba en su bolsillo para ponérselo y empezar con la acción, metió poco a poco su miembro, sabía su propósito, él quería que me doliera, él siempre que empezaba así lo hacía sin piedad y eso era algo que me encantaba.

Cuando entró empezó a dar embestidas duras de inmediato por lo cual empecé a soltar gritos, sabría que el no iba a parar pero estaba tan distraído en el que lo estaba disfrutando y no me di cuenta de la pequeña navaja mariposa que tenía en su mano, mientras me tenía distraído corto una de mis muñecas haciendo que sangre sin cesar

—¡¿QUE HACES!?

—Cumpliendo nuestro deseo, morir, morir juntos amado mío ¿no te gusta?

Apuñaló mi cuello por lo que no demore en irme al sueño eterno en unos minutos.

Él clavo la navaja en su pecho cayendo sobre mi cuerpo ya fallecido.

“ni la misma muerte nos va a separar.”

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 15, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Le suicide des amants🕯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora