6

24 2 0
                                    


—Te vez muy bien.— al decirme eso se me fue la sonrisa.

Fue como si hubiera usado sarcasmo. Yo andaba muy casual. Jamas me visto a un nivel tan formal como el.

Yo solo llevaba unos skinnys con una chaqueta de mezclilla.

—¿Es broma verdad?—

—Para nada.— Negó con su cabeza.— En verdad te vez muy bien.—

—Pero tu llevas algo mucho mas atractivo. Me puedo cambiar en menos de 5 minutos.—

Estuve a punto de avanzar pero me detuvó su mano.

—Louis, te vez bien. Yo tambien pensaba cambiarme en mi casa. Algo mas cómodo sabes. Mi padre me hizo cambiarme de ropa porque según el me veo menos experto con el color negro.—

—No sabía que odiabas los colores.—

—No lo hago. Solo no se comprar ropa que verdaderamente me guste. Siempre compro lo que siento que se vería mejor y no en cuestión de estilo.—

Después de esa plática, salimos del edificio en el carro de Harry.

El manejaba con musica y vidrios abiertos.

Para ser sinceros, el aire era un poco molesto, pero podía soportar ver como los rizos definidos de Harry se movían.

Llegamos luego de 5 minutos. No estaba nada lejos a decir verdad.

Ya conocí el departamento del mayor esa misma mañana así que ya no tenía nada mas que decir sobre el lugar tan impecable.

Me hizo una seña para ir a la terraza.
Eso si no lo había visto.

Nos quedamos mirando el cielo sin decir ninguna palabra. No sabía si era incómodo o no pero estaba disfrutando de eso.

—Louis.— dijo sonriendo y sin voltear a verme. No parecía querer decirme algo.

Lo mire esperando a que dijiera algo.

No dijo nada.

—Harry.— dije esperando a que continuara. Tenía que admitir lo diferente que se sentía llamarlo por su nombre.

—Me gusta como suna mi nombre en tus labios.— dijo sin seguir volteando.

En ese momento lo agradecí porque estaba rojo como un tomate.

Y me puse aun mas rojo al recordar el motivo del porque estoy aquí.

Creo que al final si me volví un poco gay, y solo basto un beso del ojiverde para ello. Un maldito beso.

—Quiero ser tu jefe solo por esta noche, si así quieres.—

Volte en el instante para verlo con tanta seriedad que jure que estaba tamblando.

—¿Cómo?— pregunté con inocencia.

Se acercó pausadamente esperando a que yo lo siguiera. Tarde en comprender pero apoye mi frente con la de el y una de sus manos tomo mi cara. Fue en ese momento que sentí todo lo que un ser humano era capaz de experimentar. Y no pude controlar eso. Tampoco deseaba pensar en eso, así que junte nuestros labios de una vez por todas.

El beso inició lento y era muy delicado hasta que Harry mordió mi labio inferior. No lo suficiente para causarme dolor.

De un momemto a otro me tomo en sus brazos y mis piernas estaban enrolladas en su cintura.

Algo me dijo que no sería la ultima vez que me debilitara así.

Siempre que el estaba cerca yo era totalmente sumiso a lo que el hiciera o dijiera. No me importana en lo mas minimo.

Otro capítulo listo.

music for a sushi restaurant Donde viven las historias. Descúbrelo ahora