10 ❱ christmas dinner

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「 CAPÍTULO DIEZ 」【CENA NAVIDEÑA】

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CAPÍTULO DIEZ
CENA NAVIDEÑA

25 de diciembre de 1994.

Cuando se levantó, a duras penas podía arrastrarse fuera de la cama por el fuerte dolor de cabeza que le dejó tambaleando.

El baile, las luces, todo colorido, la banda de brujas tocando... Todos aquellos recuerdos rondaban por su cabeza, dado que tenía una fastidiosa jaqueca en ella.

Terminó de abrir los ojos del todo, puesto que las lagañas le impedían abrirlos, y vio que seguía en su habitación de Hogwarts, ósea, seguía allí, y tenía poco tiempo para prepararse e irse del lugar.

Puso su mirada en la cama de Xenia, no había nadie, empero en el cuarto de baño se escuchaba la ducha y el agua, así que supuso que se estaría duchando. ¿Cómo llegó allí?

Es decir, bailó, comió estofado, besó a Cedric, luego se pelearon y lo mandó a tomar viento, se encontró a Granger llorando y la consoló... Lo normal. Venus puso sus pies en el suelo frío, ahogando un quejido.

Unos frágiles rayos de la luz del sol entraba entre los intersticios de la persiana, y se clavaban en su rostro pálido, despertándola cada minuto más.

Justamente, tocaron en la puerta, y Venus ni tan siquiera podía levantarse sin tambalearse de la jaqueca que retumbaba su cabeza, aún así, caminó hacia la puerta como pudo y la abrió. Pansy estaba allí, mirándola con una expresión asqueada.

El pelo de Venus estaba completamente desordenado en el moño que se hizo la noche anterior para asistir al baile, tenía dos manchas debajo de sus ojos (ojeras muy oscuras), estaba pálida y sus labios parecían estar cortados por lo que hubiese hecho, al saber.

—¿Qué quieres? No estoy de humor —dijo Venus indiferente.

—Con esas pintas, pues normal —escupió al azabache—. Andy está abajo, dice que te des prisa o se irá ella sola.

Venus asintió —Dile que le den por culo.

Así, Venus cerró la puerta de un portazo, le dolía todo el cuerpo, ¿qué haría la noche anterior para que se sintiera tan adolorida?

Xenia salió del baño con una toalla envuelta en su cuerpo, al ver a la rubia, le sonrió, la pelirroja tenía mejor pinta.

—Hasta que te despiertas, cenicienta.

Xenia yacía muy alegre y energética, ¿ella era la única que anoche lo dio todo bailando?

—¿Qué pasó anoche?

CLUTTEN | CEDRIC DIGGORYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora