El transporte en México es la exageración del mínimo espacio: donde salen cinco entran siete. La imagen irónica que enmarcan catorce hombres sentados y profundamente dormidos. ¿Quién puede dormir con la amenaza de los trenes que pueden chocar? Un carril, una palanca para acelerar, un freno y los trenes chocan; apesar de todo los hombres duermen.
-¡Sino te parece súbete a un taxi! ¡Hijo de la chingada! Gritó el hombre que subió cuando las puertas cerraban.
Por eso siempre es culpa del tráfico, del cabrón que no vió el semáforo, del pendejo que no se fijó, de la vieja que le vale madre. La culpa se expande como el mocoso que no puede controlar sus gritos. Ella se entierra en el puto-encabronamiento que me dura lo que tarda en cargar una vida de Candy Crush.
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No tengo vidas en Candy Crush
RandomRelatos espontáneos mientras espero otra vida de Candy Crush