Epilogo

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Quien gobernada el vasto conocimiento e infinitos suspiro cuando todo lo que su hijo había llevado a cabo término tan abruptamente, sabía que la historia iba a seguir el mismo había escuchado a su hijo durante décadas hablar de los grandes planes que tenía para esa pequeña galaxia.

Intentando buscar a su hijo por los universos lo encontró cerca de la galaxia y cuando sintió la energía diferente solo soltó una risa divertida al parecer su hijo era todo un digno hijo de su padre quien había hecho lo mismo solo que con menos impacto.

En el universo existe tanto por conocer, es infinito y basto que solamente podemos conocer hasta cierto punto sin embargo existen más seres que son capaces de lograr conocer todos sus secretos y controlarlos.

Existían diferentes universos en diferentes líneas de tiempo y dimensiones en donde albergaban cientos de millones de galaxias en donde existían diferentes tipos de civilizaciones, no se sabía cómo se inició solo que desde el inicio estuvieron ahí y así se dice que nacieron esos seres.

Seres llenos de energía que habitaban en algún lugar vigilando las diferentes tipos de galaxias y universos, pero entre todos había uno que sobrepasaba todo, en muchas civilizaciones que eran las más avanzadas se le agradecía por la abundancia de sus civilizaciones entre otras cosas más.

Fueron llamados los seres de luz, los creadores, hijos de la luz, los dueños del universo, los nombres eran lo de menos porque entre ellos había uno, aquel que tenía más energía, más sabiduría, era quien lideraba a todos aquellos seres.

Habían tomado una extraña forma de civilización suprema, pero funcionaba en ellos, todo se mantenía como debía en un balance que ellos se encargaban de mantener. Quien los gobernaba recibía el nombre del supremo en diferentes civilizaciones, pero para todos era simplemente Off.

Era un ser antiguo que había visto el nacimiento de tantos planetas, de tantos seres así como el final de tantas civilizaciones, nunca intervenía a menos que fuera sumamente necesario solo en una ocasión lo hizo con un diminuto planeta llamado tierra, no era más grande que un pequeño destello fugaz, pero le atraían los seres de ese lugar eran divertidos a su parecer siempre buscando maneras para avanzar y cuando lo hacían le restaban mucho tiempo útil a su planeta.

Les había dado un poco de conocimiento que no supieron aprovechar, pero los dejo ver hasta donde podrían llegar, internamente tenía un límite que aseguraba no cruzarían aunque nunca lo pudo saber por qué algún ser recién nacido había dejado caer en un planeta cerca de la tierra pequeños seres que seguramente había descubierto.

Los seres se mezclaron con los habitantes de la tierra, fue un toque diferente de ver, pero al final no era lo que Off había planeado que sucediera. Había dejado que todo siguiera su curso y decidió no reprender a quien había intervenido sin embargo no tomo la posibilidad de que no había sido una intervención corriente sino un simple descuido.



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Off no estaba en su neblina de paz como solía estarlo y eso había sido gracias a que todas aquellas criaturas que vivían en la galaxia en donde estaba el planeta tierra habían sido erradicadas, él había sentido la ola de energía que se desprendió que había afectado solo a criaturas vivas.

Espero cualquier cosa o cualquier ser menos al que sus ojos habían captado, el ser que capto su atención era hermoso con su piel clara y lechosa con pequeños brillos de estrella brillando sobre él, con cabello de un color rubio brillante y sedoso con pequeñas lunas aferradas a él con unos ojos completamente negros y relucientes, en sus mejías portaba orgullosas pecas de galaxias con brillo propio diminuto y una sonrosa radiante.

Por primera vez desde que había nacido algo latió dentro de él, Off había conocido lo que llamaban amor, se había enamorado irremediablemente de Gun un nuevo ser nacido hace pocos milenios.

Tanto fue el amor que nació de Off para Gun que no le importo que este hubiera aniquilado la vida de toda una galaxia, él podría hacer eso y más que no tendría ningún problema en crear más solo para él.

Dentro de la jerarquía que mantenían las parejas no estaban prohibidas, pero ninguno tenía así que el hecho de que quien estuviera en la cima del poder decidiera compartirla con ese pequeño ser fue una sorpresa, pero no era como si pudieran hacer algo simplemente lo aceptaron.

El de alguna manera conquistar a Gun le había abierto la perspectiva a conocimientos que tenía, pero ahora los podía ver desde una diferente perspectiva y debe de decir que nunca se arrepintió de entregar sus latidos a tan inconsistente ser así como tampoco defraudo que Gun le hubiera entregado sus propios latidos.

Con el tiempo decidieron ser padres de un ser como ellos tal y como hacían en la tierra, para cuando el pequeño llego a sus largas vidas ya ellos estaban en una sociedad que se divida en casas las cuales tenían más poder con respecto a los universos que creaban, la casa formada por Off y Gun junto con sus servidores era la principal así que el recibimiento de un pequeño maestro en la casa fue una dicha.

El pequeño era amado no solo por su casa sino por algunas otras al tener el gran potencial de sus padres, con algunos cientos de miles de años le fue entregada la galaxia a donde pertenecía la tierra como un regalo y de esa manera que practicara.

Se había creado una versión de humanos diferentes y puso muchos estrategmas en donde debían de estarlos, cimento toda una historia con una gran base y seguramente sería el desarrollo más inédito que se hubiera visto sin embargo todo se fue al desagüe universal solo por un simple acto.

Idéntico a su padre el niño había dejado salir su energía solo que él no solo acabo con las criaturas vivientes, su pequeño hijo prácticamente había fulminado toda la galaxia lo que demostró dos características.

Tenía su potencial como digno hijo suyo.

Era un destructor como Gun.

-¿Lo has visto? –un Gun indignado se hizo presente ante Off quien asintió –Ese niño, ¿Cómo pudo romper mi más grande record de destrucción? Estoy muy indignado de que lo lograra tan joven –No había anda que pudiera hacer contra lo que se venía, su hijo pavoneándose de haberle ganado a su padre y Gun indignado con tal osadía.

-Siempre puedo crear galaxias más grandes para que las destruyas –la satisfacción en los ojos de Gun le agradaba.

Ellos eran seres supremos llenos de energía poderosa, pero al final eran seres que se aferraron entre ellos para pasar lo que les quedara de vida que nunca se sabía cuánto fuera, ellos habían elegido libremente sin presiones o preocupaciones y eso los hacía feliz, eran pareja, amigos, familia. Habían formado un núcleo de tres que siempre se apoyarían entre ellos quizás en un futuro decidan tener otro pequeño, pero ahora estaban bien así.

Ananké (Offgun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora