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La marea era alta, la orilla en donde se podia sentar, estaba cubierta, mostrando la hermosa agua critalina que cubria la arena

— ¡Mama! — El grito de una pequeña niña hizo que aquella chica de tez palida se diera vuelta, sonriendo al ver a otra pequepa de tez blanca y cabellera blanquecina

Hacia tiempo que no se sentia tan relajada, observando aquel anochecer, que le recordaba tanto a sus padres

Hola pequeña — Le sonrio, mientras observava como aquella pequeña, de ojos azulados, semejantes al azul del mar, le miraba con una sonrisa de oreja a oreja — ¿Que paso? ¿Y tu padre? — Preguntaba, sin saber que ocurria en su pequeña cabezita

La pequeña hizo un puchero con sus labios, apuntando al arrecife, en donde, se supone, debia de encontrarse su padre

Ronal le a dicho muchas veces que se aleje del arrecife — Poso su mano derecha en se frente, mientras sonreia ante la accion de su esposo, alguien de corazon fuerte, tez palida como la de su familia, ojos color avellana, a diferencia de los de su clan, este tenia una tonalidad de ojos cafe avellana

Su cabello de una tonalidad mas opaca que la de su pequeña hija, quien nacio con un peculiar color de cabello blanquecino

Comenzaba a cuestionarse si haber dejado su hogar para que su hija creciera sin ningun problema fue buena idea, sus costumbres se perderian, y mas cuando ella era la Tsahik y su esposo el Olo'eyktan

¡Papa se la pasa en el arrecife! — La pequeña era una pequepa muy curiosa, como un niño comun, despues de todo, la gran mayoria de los niños Navi son a si de curiosos cuando tienen 5 años, claro, unos mas que otros

El sonido de un silvido la saco de sus pensamientos, viendo como el Olo'eyktan de los Metkayina se acercaba a ella

Su'rim — Hablo este, mientras sonreia al ver a aquella pequeña de cabellos balnquecinos jugar con la arena, estaba tan emocionada, algo que no habia visto hace años — Pronto sera el dia en el que deban dejar el pueblo — Su rostro se relajo, mientras veia la sonrisa de aquella chica de unos 30 años

Si, sobre eso — Por lo pronto, aquel joven de tez palida, llego al lado de su esposa, llevandose la mirada de su pequeña, quien le sonreia ampliamente

Tonowari — Hablo, mientras que le sonreia, dentro de una semana se deberian de ir a su hogar, ya que debian de volver a revisar como se encontraban — Pensaba en adelantar el viaje a nuestro hogar — La mirada de ambos se encontraron, manteniendo una mirada seria — La salud de Ne'rim empeora cada dia que esta aqui — Estaba claro, era una niña peculiar y excepcional, despues de todo, aquella pequeña nacio de un milagro

La salud de su pequeña se fue dañando cada que respiraba en aquella aldea, algo completamente extraño, ya que el aire era el mismo. Aunque, habia conectado rapidamente con el mar, algo que sorprendio a Ronal, la Tsahik de aquella aldea

— ¡Vamos Ne'rim! —

Un sumbido en su cabeza se hizo presente, aquella pequeña comenzo a tener un pequeño dolor de cabeza, preocupando a los presentes, ya que sabian que su salud comenzaba a deteriorarse cada vez mas

— ¡Debes despertar! —

Comenzaba a cuestionarse si era una señal de Eywa, alguna vision, algo que no la dejaria dormir, ya que aquella voz no la conocia, nunca en su pequeña vida la habia escuchado antes, ¿o si?

No recordaba haberla escuchado, pero, su voz se le hacia conocida, era algo tan extraño en la mente de la pequeña, que habia caido de rodillas a la arena, sosteniendo su cabeza entre sus dos pequeñas manos

— ¡Todo estara bien, solo debes ser fuerte y despertar! —

Por lo pronto, se apresuraron en llevar a la pequeña junto a la Tsahik, quien podria tener idea de lo que ocurriera

— ¡Eso!, lo haces bien... —

Su vista se torno borrosa, pronto habia caido en brazos de la inconciencia, mientras, sentia una pequeña presion en su abdomen, era como si alguien estuviera haciendo presion, mientras que en su pierna, sentia como algo tuviese enterrado

— Si, abre los ojos —

Sintio pequeñas gotas caer sobre su torso, mientras una mano extraña se posaba en su rostro, era una mano de cinco dedos, mientras que era mucho mas grande que las de ella, que eran pequeñas, cubria casi todo su cachete, parecia que el dueño de aquella mano era mucho mayor que ella

Dejo de sentir el suelo, sintiendo como era cargada, y llevada rapidamente, a alguna parte, no sabia que ocurria a su alrededor, su respiracion era casi nula, y su corazon estaba teniendo un pequeño paro, ya que no sentia como este estuviera bombeando sangre a su cuerpo

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora