atrapada

14.3K 53 0
                                    

Mie*rda! El callejón no tenía salida. La pared de hormigón frente a ella no parecía poseer ningún asidero para ayudarle a subir. Antes de tener la oportunidad de descubrirlo, el vampiro la atrapó, aprisionándola con su cuerpo en contra de la pared. Él capturó cada una de sus muñecas y le extendió los brazos por sobre la cabeza.
Su gruesa erección presionaba contra su trasero, y ella lo deseaba a pesar que la furia y el miedo recorrían su cuerpo.
El vampiro inhaló profundamente y su cuerpo se estremeció en contra del suyo. "Adoro una buena persecución".
Estaba bebiendo de su miedo y necesidad, alimentándose de ellos como lo haría con su sangre. Ella debería encontrarse aterrada, pero se hallaba mojada como el infierno.
"No maté a esas mujeres", su voz fue un ronroneo seductor.
Su corazón martilleaba contra su pecho. "No puedo estar segura de eso".
"Y un demonio si no puedes".
Ella luchó contra su control a pesar que sabía que no podía liberarse. El pánico aumentó mientras se daba cuenta que estaba bien y verdaderamente atrapada.
Se le cortó la respiración, y él se congeló. "Deja de pelear conmigo".
"Déjame ir".
"Nunca".
Presionó sus escudos mentales. Ella usó toda su energía en mantenerlo afuera, reforzando sus escudos hasta que se encontraban más gruesos que la pared en donde se hallaba aprisionada.
Él gruñó. "No quiero hacerte daño. Pero mi control pude romperse en cualquier momento".
"No te quiero en mi mente".
"¿Qué hay de tu cuerpo?"
Ella empujó contra él y se frotó contra su ver*ga. Como esperaba, su necesidad lo distrajo. Liberó sus manos y giró, apuntando una patada a sus pelotas.
Capturó su pierna. Miró hacia arriba y el poder de sus ojos la paralizó. Irrumpió a través de sus escudos, pero en vez de leer sus pensamientos él abrió su mente para ella. Lo que vio ahí confirmó lo que sospechó desde un principio, estaba diciendo la verdad.
Antes de cerrar sus pensamientos, ella vio algo más, imágenes de lo que exactamente quería hacerle. Su deseo se elevó hasta que apenas podía respirar.
Responder
"Ahora, ¿crees que soy inocente?"
"Nunca. Pero no eres un asesino", sus palabras sonaron roncas, desmintiendo el hambre que sentía.
Él se rió entre dientes. "Huye ahora o esos pensamientos que viste se harán realidad".
Debería correr, pero no podía moverse. Él luchaba contra su necesidad, luchaba contra la compulsión de su cuerpo de tomar control sobre ella, en mente y cuerpo. Tenía segundos antes de que ese dominio se rompiera. Pero lo deseaba desde el instante en que posó sus ojos en él.
"Demasiado tarde". La jaló hacia él, aplastando su boca con la suya.
No podía respirar, no podía pensar. La envolvía completamente, deslizó sus manos bajo su falda y empujó sus bragas hacia abajo. Ella se las sacó y las pateó lejos antes de recordar que se encontraban en un callejón en plena ciudad. "¿Aquí?"
"No puedo esperar", gruñó, aplastando su po*lla contra ella.
Se estremeció, tratando de resistirse a su necesidad. "Vamos a ser arrestados".
"Nadie nos verá".
"Pero-"
"Puedo ocultarnos".
"Pero no pensé que--"
Entonces sus pulgares encontraron su clítoris, y ya no le importaba quien pudiera verlos. Deslizó dos dedos en su interior y ella luchó contra la invasión. El calor brillaba en el aire como si su lujuria fuera tan poderosa que podía verla, sentirla. Sus pezones se apretaron como si se los hubiera tocado.
Ella desabrochó sus pantalones sin poder esperar otro segundo más.
La levantó, y ella envolvió sus piernas alrededor de él. Con un solo golpe, se hundió profundamente, haciéndola gritar.
Se apoyó contra la pared mientras la follaba, más y más fuerte con cada embestida como si fuera a consumir su cuerpo, así como su sangre. Su ver*ga se sentía tan malditamente bien en su interior como si estuviera hecha solo para ella.
La superficie porosa de la pared le raspó la espalda pero no le importaba, estaba más allá de registrar cualquier cosa que no fuera el orgasmo construyéndose bajo su vientre, ejerciendo presión en ella, amenazando con destruir todos sus pensamientos concientes.
Trazó el lado de su cuello con su lengua. Ella se tensó, pero no le dio tiempo para asustarse. Sus colmillos de hundieron profundamente, y el placer/dolor la envió por encima del borde. El orgasmo se expandía más y más.
Su mente se conectó con la suya, y derramó toda su necesidad dentro de ella. Se resistió a él, desesperada por todo lo que pudiera darle.
Ella se vino por segunda vez, y él acabó con ella, lamiendo las heridas de su cuello mientras bombeaba su cuerpo.
Cuando la liberó, ella se hundió en sus brazos, incapaz de moverse.
La beso suavemente. "Eres deliciosa". Su voz sedosa agitó un profundo deseo dentro de ella a pesar de su agotamiento. "Déjame llevarte a casa. Puedo sanar las heridas de tu espalda. Luego te mostraré lo que puedo hacer con más tiempo y un entorno más cómodo".
"¿Hay más?"
Él sonrió y su corazón se aceleró otra vez. "Mucho, mucho más".

historias cortas hotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora