five; olvide

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Había rosas en la puerta de la entrada.

Era su aniversario y Jeongin estaba ayudando a Minho a comer sopa.

Últimamente Minho había tenido problemas para levantar la cuchara y comer por sí mismo, eso lo molestaba mucho y solía hacer rabietas cuando sucedía, pero si eso pasaba Jeongin llegaba y acariciaba sus rizos diciéndole que estaba bien, que él a veces incluso olvidaba la forma correcta de escribir su apellido y luego le daba cucharaditas de su sopa a Minho.

Jeongin había preparado sopa de fideos para Minho porque esa era su sopa favorita y había estado de malhumor las últimas semanas, así que buscaba con qué animarlo y la comida siempre era una buena idea.

Los últimos años habían sido pesados y sobretodo lentos y aunque era difícil de creerlo, lo eran más para Jeongin que para Minho.

Minho permanecía horas inmóvil sentado sobre su silla o de pie viendo a la ventana, pasaba el día y la luz atravesaba la sala con rayos cálidos hasta que era reemplazada por la luz de la luna que alumbraba el rostro de Minho.

—Amor, es hora de ir a la ducha.

Y sin respuestas -como ahora se había convertido en una costumbre- Minho tomaba la mano de Jeongin que extendía para llevarlo al baño y mientras caminaban juntos Jeongin le contaba a Minho cómo había sido su día y preguntaba por el suyo y aunque sabía que Minho respondería poco -cuando tenía suerte- o simplemente no respondería, él lo seguía haciendo.

Seguía preguntando a Minho cómo iba su día porque estaba interesado en él, porque quería saber que su esposo se sintiera bien en sus manos y estuviera cómodo bajo su cuidado.

Pero Jeongin no lo sabía, él nunca lo sabía.

Llegaron a la ducha y Jeongin empezó a desvestir a Minho mientras este veía la cortina del baño con suma atención el castaño desabotonaba la camisa color amarilla que vestía ese día.

Al despojarlo de sus prendas, Jeongin reprimió un sollozo en su garganta.

Minho era tan delgado.

Tenía días donde no quería dar ni un bocado a su comida aunque llevara horas sin alimento, también solía tener problemas estomacales regulares; pero lo que más le preocupaba a Jeongin es que su organismo ya no trabajara como antes lo hacía.

—Ven Honnie, vamos a darte un baño de agua caliente con espuma ¿Recuerdas la espuma? Te gusta mucho.

Las piernas delgadas de Minho tocaron el agua que llegaba casi hasta sus rodillas, se sumergió en la tina mientras Jeongin echaba agua tibia en la espalda de Minho y enjabonaba su cuerpo con una esponja.

—Mira, mi amor —Jeongin sacó detrás de su espalda un botecito que tenía escondido—Son tus burbujas favoritas con olor a cereza.

Abrió el frasco dejando caer líquido a la tina haciendo que la espuma comenzara a subir. En cuanto Minho vio las burbujas una enorme sonrisa llegó a su rostro.

—¡Burbujas! —Exclamó sonriendo y llevando espuma a su rostro.

Después arrojó toda esa espuma a Jeongin y cayeron en sus ojeras que llevaban días pintadas.

—¡Oh, entonces quieres una pelea de burbujas!

Jeongin puso más de ese líquido en el agua y después llenó los rizos de Minho con un montón de burbujas provocando en el menor carcajadas a los cuatro vientos.

Cuando el agua comenzó a enfriarse, Jeongin limpió a Minho y pasó una toalla a sus hombros para secarlo mientras lo ayudaba a salir de la tina.

Minho solía llorar al salir de la tina, le gustaba quedarse durante mucho rato jugando con la espuma, pero si se quedaba tanto como quisiera podría enfermarse después, Jeongin lo calmaba diciéndole: "mañana tendremos más burbujas que hoy y quizá esta vez pueda ganarte al fin"

❝ ¿𝗤𝗨𝗘́ 𝗗𝗜́𝗔 𝗘𝗦 𝗛𝗢𝗬, 𝗡𝗜𝗡𝗜? . . .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora