Capítulo 1

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Una tarde, con un clima cálido estaba sentada en un paisaje lleno de flores, como mi nombre Flor, pensando en cuentos de hadas, en finales felices, quien no quisiera eso, verdad. La verdad nunca he tenido una pareja, solo amigos, siento que no le gusto a nadie, es que soy diferente a las demas chicas quizas es eso.

- ¡Vamos a almorzar! (grito mi madre)

Llegando a la cocina encontré mi plato favorito servido.

-Hola madre, que rico -Dice Flor

-Espero te guste hija -Dice la madre

-Claro madre, estoy muy nerviosa por entrar a la Universidad mañana

-Estará todo bien hija, te dejé ropa en tu cuarto que fui a comprarte hoy

Inmediatamente fui a mi cuarto, realmente la ropa y los zapatos nuevos eran hermosos, los guardé para que no se arrugaran. Escribiré en mi diario, como siempre lo hago, es un apoyo para mi.

Querido diario:

"Sabes que solo te escribo en momentos importantes para mí y hoy es uno de estos días, mañana ingreso a la universidad, estoy demasiado nerviosa, tengo miedo de conocer nueva gente, nuevos amigos, profesores, las tareas, todo lo que tenga que ver con ese ambiente. Pero espero que esta nueva etapa de mi vida sea increíble".

Llegó el gran día y que creen voy tarde, típico de mí, es que yo sabía que debía dormir temprano, pero me quede despierta hasta tarde. Son las 7:30 y entro a las 8:00, no tengo tiempo de desayunar, con suerte y voy bien vestida, no hay nada que un buen perfume no arregle.

Entré a la primera clase y a los segundos entró el profesor, que suerte tengo. El profesor hizo que nos presentáramos, no saben lo avergonzada que me sentí, pero muy en el fondo sabía que nadie iba a sentir mi presencia. Faltaba poco para terminar la última clase del día y la verdad lo había pasado excelente , debía irme caminando, entonces me puse los audífonos para empezar mi caminata, a penas me levante y alguien me agarro del brazo.

-¿Quién eres? -dije asustada

-Soy tu compañero de clase Miguel, escuché donde vives y te quiero decir que yo también vivo por ahí, ¿Quisieras que te acompañe? - exclamó un chico blanco y alto

La verdad me quede congelada, no sabia que decir ni que hacer, pero de mis labios salió un tímido:

-Si

Al acompañarme hablamos de muchas cosas, pude conocerlo más, me cae muy bien, al verlo por primera vez creí que era una persona creída, pero me equivoque. Nos quedamos a hablar un rato en el parque.

-Mañana trata de llegar mas temprano, que has tenido una lagañita en el ojo todo el día - me lo dijo riéndose

Avergonzada me di la vuelta y seguí a mi casa, corrí hacia el baño para poder verme en el espejo y realmente tenia una lagaña del tamaño de una montaña

¡¡¡¡No puede ser!!!! - dije avergonzada

Pase toda la tarde pensando en como pude tener esa lagaña y no darme cuenta, pero saben en que también estaba pensando, en Miguel, que amable de su parte que me acompañara, el es tan atractivo, tan alto.

Esta vez levantarme no fue tan complicado como antes, llegar 10 minutos antes de la clase, estaba entrando al salón y lo vi sentado en la segunda fila, era Miguel.

-Hola, cierto, ¿Cuál es tu nombre?

-Hola, me llamo Flor

-Hola Flor, ¿Quieres sentarte conmigo?

Me encontré muy nerviosa y no sabia que decir, pero nuevamente de mi salio un poderosísimo

-Sí, claro

Pasamos toda la clase juntos, tomando atención, compartiendo notas, apuntes. La clase que seguía fue cancelada por motivos de salud del profesor, pero aun debemos esperar las próximas clases.

-Flor, ¿Quieres ir a comer algo?

En mi mente dije: "me esta invitando"

-Sí, vamos

Nos sentamos en una mesa de la cafetería para poder conversar y comer, seguíamos hablando, conociéndonos cada vez más.

Llegué a mi casa feliz, este chico me encantaba en todos los sentidos, pero el jamás me haría caso, era demasiado guapo y yo, pues yo solo era Flor.

-Hija te veo muy contenta, ¿Cómo te fue hoy?

-Espectacular mami, conocí a un chico llamado Miguel y es guapísimo -lo dije muy emocionada

-Me alegra hija, pero no te ilusiones muy rápido, no sabemos como es y nunca terminamos de conocer a una persona -lo dijo de forma preocupada

Han escuchado la frase de que una madre jamás se equivoca, pues yo creo que el puede ser la excepción.

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