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HITOMI CARCAJEABA EXAGERADAMENTE al ver como Chishiya no lograba encestar la pequeña piedra en un bote. Ambos se encontraban en la azotea de la playa, y pues el bote en la primera planta.
Hace más de cuatro horas y media que habían llegado a la playa, se suponía que irían a dormir enseguida, pero Hitomi insistió tanto en seguir pasando tiempo juntos, que Chishiya no se pudo negar.
Ahora mismo jugaban a encestar algunas piedras que hallaron en la azotea, y tirarlo a un bote de basura que se encontraba de forma conveniente en el primer piso.
Hitomi había logrado encestar todos, pero Chishiya no había logrado meter ni uno.
— deja de burlarte.
— es que- es que... —trataba de hablar, pero la risa le cortaba la respiración, así dificultándole el formular palabras.
Chishiya miró en otra dirección y gacho su cabeza, entonces río por lo bajo. De alguna forma, le causaba ternura ver a la chica reírse de esa forma.
Cuando Hitomi pudo por fin calmar su respiración, suspiró y con una sonrisa se acercó a Chishiya. Tomó de la mano de él e hizo que rápidamente pusiera su atención sobre ella.
Chishiya podía sentir que el tacto de Hitomi era calido, agradable.
— te voy a enseñar como se hace. —el mayor enarcó una ceja. — primero debes mirar a tu objetivo.
Chishiya primero miró el bote que había abajo, pero al instante regreso su mirada a Hitomi. La chica seguía explicando como hacerlo, pero él se perdió en el momento que ella pidió ser mirada.
— Chishiya, habló de tu objetivo. ¡No debes mirarme a mi!
El chico sonrió burlonamente, y no dejó de mirar a la chica.
— debes ser específica, porqué creo que hablamos de objetivos diferentes. —dijo él con su mirada fija sobre la menor, ella ladeo la cabeza confundida. — ¿debo poner entonces mi atención sobre lo que esta allá abajo o lo que tengo aquí arriba?
Hitomi parpadeó confundida. Inconscientemente miró a sus espaldas, pensando que tal vez también había un bote ahí, pero no había nada.
Sin comprender, habló nuevamente: — el bote... lo que está allí abajo
Chishiya asintió con burla.
Su mano seguía siendo sostenida por la de la chica, entonces cuando él volvió a tirar la piedra, esta fue más dirigida por Hitomi. Cuando cayó perfectamente sobre el bote, la chica empezó aplaudir como felicitación para el mayor.
Hitomi por la mínima cosa era capaz de sonreír, todo lo veía como un buen logro para alguien, y la cosa más mínima la encontraba importante. Eso logró identificar Chishiya con la corta acción de la menor.