Jueves || Enzo x Julián

Capítulo Único

Antes de empezar aclaro que no se busca asumir la sexualidad de ninguna de las personas involucradas, está hecha con fines meramente de entretenimiento y espero que lo tomen como tal.

Dicho esto, espero que disfruten de la lectura.

...

Hoy no era el día de Julián.

Estaba saliendo de su casa media hora antes del horario en el que tenía que entrar a su trabajo, el único problema era que se acababa de enterar que, el metro que usaba con regularidad para ir hasta el lugar, estaba en arreglo, lo que significa que debía tomar otro, el cual lo llevaría hasta un poco más de mitad de camino para que pudiera abordar al que por fin lo dejaría en su destino.

Obviamente llegaría tarde, eso sumándole a qué era lunes, pleno verano y que no había podido desayunar su tan preciado café con leche porque se había olvidado de ir a comprar la leche, así que se tuvo que conformarse con un triste café negro, ya había asumido que su día estaba arruinado.

O eso pensaba, hasta que, al ingresar al metro, teniendo que quedarse parado por la falta de asientos libres, se encontró con alguien que captó su atención de inmediato, un chico de tez morena y con bastantes tatuajes, estaba sentado cerca suyo. El chico iba distraído, parecía que el sueño, a estás horas de la mañana, le estaba ganando ya que tenía los ojos cerrados. Ni siquiera podía tratar de deducir a dónde estaba yendo ya que solo iba con ropa común de día, no tenía mochila, bolsa, ni nada.

Al notar que el contrario no tenía intenciones de despertar pronto se permitió observarlo un poco más a detalle, tenía un arito en la nariz que cada tanto brillaba gracias al reflejo de la luz, su pelo era corto pero parecía suave al tacto, tenía los labios finos y entreabiertos, sus brazos estaban cruzados en su pecho, lo que, junto con la remera mangas cortas, le permitía acentuar sus trabajados músculos, al igual que sus piernas, era hermoso.

Luego de unos minutos en los que permaneció mirando al chico, se dio cuenta de que si seguía así empezaría a parecer un acosador, por lo que corrió la mirada en lo que restaba del viajé.

Aún que eso no evitó que lo viera discretamente cuando esté se levantó, pasando a su lado para bajarse en la misma estación que él, era más alto que él y sus ojos eran bellísimos.

...

Esa secuencia siguió repitiéndose por el resto de la semana, y la siguiente también, el morocho todavía no había notado su presencia.

Hasta que ese día, un martes, tres semanas después de la primera vez que lo vio, este abrió los ojos antes de tiempo, sin darle tiempo al contrario de apartar su mirada, los ojos de los dos chicos chocaron durante algunos segundos. Por un instante el castaño entre abrió los labios para pronunciar algo, cualquier cosa, pero nada salió, cerró los ojos fuertemente por un momento.

El chico sentado al frente suyo solo apartó la mirada junto a un suspiro, para Julián eso se sintió peor de lo que debería.

...

Al día siguiente el castaño había decidió vestirse más lindo que de costumbre, se puso el pantalón casual más bonito que tenía, junto a una camisa.

Para este punto su línea de metro habitual ya había sido arreglada pero eso no impedía que se desvíe, teniendo que tomar otro tren y llegando constantemente tarde al trabajo, si eso le permitía ver a ese chico desconocido, pero que al mismo tiempo le llamaba tanto la atención, por al menos unos minutos al día.

Cuando subió, el chico ya estaba allí como era costumbre, con los ojos cerrados.

Pero a mitad de camino se volvió a repetir lo del día anterior, el morocho abrió sus ojos, dejándolos posados en el chico al frente suyo, lo observo por unos segundos que parecieron años a la percepción ajena, inspeccionandolo de arriba hacia abajo, hasta que terminó desviando la mirada hacia una de las ventanas, soltando otro suspiro.