Tres

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He knows it.

Los pasos de Jungwon eran acelerados, mientras que los de Ni-ki siempre habían sido calmados.

Jungwon se arrodillo y bajo de una maceta encontró una llave, la dirigió a la cerradura e ingreso sin esperar al dueño. Seguido por Ni-ki, ambos subieron a la habitación del menor y ahí Jungwon se recostó en la cama.

Ni-ki encendió las luces y tomó asiento al lado de su amigo y también de la persona que amaba.

El silencio inundó la habitación, aquello fue asfixiante para Jungwon y relajante para Ni-ki.

—Yo...—Jungwon miro a su amigo, en quien confiaba más que nadie en el mundo y dudo en hablar con él.

No quería que sus palabras acabarán con lo que tenían, que las cosas que le sucedieron alejaran a Ni-ki. Era la primera vez que sentía tanto miedo y la causa y efecto era Ni-ki.

—No tienes porque contarme si no quieres, no estas en obligación de hacer algo que tu no quieras y lo sabes, —una tímida sonrisa que desentonaba con su intimidante rostro lo iluminó e intento darle seguridad a su amigo con ella.

—Ni-ki, lo que te voy a decir no se si te va a gustar o te puede molestar y lo que menos que quiero hacer es incomodarte porque... —Jungwon, quien había estado hablando sin parar fue interrumpido por unos fuertes y delgados brazos que se aferraban a él.

—Nada de lo que me digas podría disgustarme o enfadarme, se trata de ti, —sonrió el menor mientras se refugiaba en el cuello de Jungwon.

Un suspiro largo tomo Jungwon, para prepararse mentalmente sobre lo que quería decir.

—Termine con el de manera desastrosa y la razón eres tu.

El silencio ensordecedor inundó la habitación y como si fuese posible, el corazón de Ni-ki se detuvo por un segundo imperceptible y luego volvió a latir con desenfreno.

Ni-ki levantó la cabeza después de procesar lo dicho y se posiciono a horcajadas sobre Jungwon, este de sentó y estuvieron cara a cara, ninguno aparto la mirada y ninguno sabía que decir.

—¿Por mi?, ¿Por qué? —pregunto sin dar un descanso, Ni-ki necesitaba tantas respuestas y la única persona que podía responderlas no estaba hablando.

—Le dije a mi ex novio que me gustaba alguien más, que realmente lo sentía y que ya no podía seguir con él. —Jungwon tomó una pausa y ahora el fue quien se refugio en el cuello del menor. —Cuando le mencione eso, se puso como demente a gritar, quería que le dijiese un nombre y cuando asumió que eras tu quería salir a buscarte. Yo lo detuve y ahí me golpeó.

Jungwon no pudo seguir contando más, las lágrimas sin cesar comenzaron a escurrir por su rostro. Sentía miedo, pero lo sintió más en ese momento por Ni-ki y el contrario, se sentía culpable.

El había tenido la culpa de que su Jungwon hyung saliese lastimado.

El mayor al percibir eso, acaricio con sutileza la mejilla de Ni-ki. Lo quería y lo deseaba más de lo que podría dimensionar.

—Ni-ki, nada de lo que pasó fue tu culpa y yo no soy culpable de que me gustes tu.

El pánico se apoderó de Ni-ki, le gustaba a su hyung.

—¿Te gustó?

—¿Acaso no fui lo suficientemente evidente? —respondió su hyung e intento guiñar, fallando en el intentó cuando sus dos ojos se cerraron.

Las carcajadas no se hicieron esperar, Ni-ki estaba más feliz de lo que debería y se sentía culpable.

—Ni-ki, no estas obligado a corresponderme por pena y... —Jungwon comenzó a hablar rápido guiado por sus nervios y fue interrumpido, nuevamente.

Unos labios pomposo se posaron sobre los de el, solo fue un simple toque efímero pero fue suficiente para entender el mensaje.

"También me gustas, así que cállate por favor".

El rostro de ambos estaba impregnado de un rojo carmesi, ambos al terminar el contacto se envolvieron en los brazos de el otro y terminaron cayendo en un sueño profundo que ambos necesitan, después de todo lo ocurrido en horas.

Antes de caer por completo bajo las garras del sueño, Ni-ki beso la cabellera de Jungwon y en un adormilado susurro dijo:

—Yo sabía que tu siempre debiste estar en mi cama y no en la de él.

A la mañana siguiente, fueron despertados por una escandalosa risa y unos cuantos flash. Sus hyungs estaban rodeando la cama mientras les tomaban fotografías a ambos, Ni-ki estaba mirando hacia el lado contrario mientras Jungwon se aferraba a su cadera para dormir.

—Inesperadamente, Ni-ki es la cucharita pequeña —dijo Sunoo, mientras volvía a encender el flash de su teléfono.

FIN.

He knows it || Wonki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora