Capítulo 23: Miedo

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Sufrimiento

Es la palabra para definir todo lo que le ocurrió a Eri

Siendo usada como una rata de laboratorio

¿Cuánto tiempo lleva allí? ¿Sin haber visto la luz del sol?

¿Días? ¿Meses? ¿Años?

Solo recuerda muy poco de su vida antes de ser utilizada como una rata del laboratorio

Ella está encerrada en una pequeña celda de una sala, solo se abraza así misma con sus piernas

Tiene hambre, si se comporta como una "niña buena" recibe comida, pero claro, tiene que obedecer a los matones de su "padre"

Sus subordinados le hacían cosas malas que le dolían, les quitaba la ropa y se diviertan con ella

Sufrimiento

Es todo lo que ha recibido

Su madre le decía que si rogaba a "Dios" la iba ayudar, pero pasó mucho tiempo desde la primera vez que rezó, hasta años después se rindió

No hay nadie quien le ayude, los héroes no saben de ella

Si "Dios" no la va ayudar, entonces "Lucifer" la ayudará

Deja de abrazarse y junta sus manos

-por favor, seas quien estás escuchando, ayúdame... Tengo miedo de no poder salir nunca, solo pido esto... Acaba con ellos- reza Eri sin una pizca de esperanza

La puerta de la sala se abre bruscamente

Un matón cualquiera entra y comienza a quemar hojas de todo relacionado con la pruebas de Eri

Pero Eri lo reconoció, era uno de ellos que se divertían

Se desliza hacia atrás con cuidado de no hacer un ruido

-¡Mierda!- grita el matón- ¡¿Cómo nos descubrieron?!- seguía quemando hojas- ¡No quiero ir a la prisión de nuevo!- dice con enfadado pero se detiene en instante- se me olvidaba de ti, pequeña-

Se da la vuelta el matón viendo a Eri que su cara demuestra miedo

-te voy a llevar conmigo- dice el matón acercándose a la pequeña jaula

Eri no quería más doler

-¡Ayuda!- grita con todo pulmón Eri

-jeje, a ti nadie te va ayu...- el matón se detiene por un breve momento ya que alrededor de su cuerpo está rodeado de una luz azul- ¿Eh?-

El matón salió volando hacia la puerta de la sala para que un segundo después escuché un grito de sufrimiento hasta que se detuvo

Escuchó unos pasos acercarse a la puerta y entra alguien

Un joven de piel clara, una camisa oscura, una gabardina blanca larga, pantalón y zapatos de color negro

Y el pelo era casi negro con poco verde, también era alto

Había manchas de sangre en su gabardina pero no le importaba eso

El joven la mira y muestra una cara de pena

Se acerca hacia la jaula donde estaba, agarra la puerta de la jaula con su mano derecha y lo jala hacia atrás que destruyó la puerta que hizo provocar un ruido escándalo pero para ella no le parecía importar eso

-lamento por llegar tarde, Eri- es la suave voz del joven- pero he escuchado tu plegarias y al fin pude llegar- extiende su brazo derecho para ayudarla levantarla- ahora estás a salvo, te lo juro-

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