crueldad

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Si este fuera nuestro último día en esta tierra, que te gustaría hacer...

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La blanca piel sudorosa, los ojos rubíes lagrimosos, la voz jadeante y las mejillas rojas; que habrá echo bien en su vida para merecer tal grado de perfección , y aunque fuera solo una noche, aunque no lo llegase a recordar al día siguiente, aunque el no fuera real, y aunque no fuera el único… ya era mas que suficiente tenerlo en sus brazos aunque sea un momento; porque este era su momento, el momento en donde podían hablar, contar como les había ido en la vida, sus preocupaciones, y sus alegrías; o a veces simplemente desean entregarse por completo al otro.

Pero las noches de pasión duraban una noche y solían terminar al acabar el día, por lo que el joven carmesí solia sonreír la mayor cantidad posible, para que el otro supiera que era lo suficientemente feliz, que tenía buena salud, y que le estaba yendo bien; o a veces simplemente se entregaba por completo para asegurarse que el otro fuera recordado al menos solo un poco en su cuerpo; y por esa razon solia rasguñar la ancha espalda de su amante, para que el tampoco lo olvidara y para que se llevara un pedacito de el como evidencia del amor que se profesaban.

Aunque todo intento era burlado por la cruel realidad, por la enorme brecha de sus realidades... Y aun así, solo quería seguir intentando para que el otro supiera que el también sufría por la separación, para que su tan amado amor, no se sintiera solo, para hacerlo sentir que el también era amado y que no te estaba siendo egoísta con su visita.

"Si fueras un poco más real, serias el amor de vida" solía decir el de ojos rubíes, cada noche antes de que saliera el sol.

"Soy capaz de amar por los dos" respondía el demonio con una sonrisa dolorosa, antes de desparecer en pequeñas pizcas de brillos.

Y aunque solo durara una noche, y aunque solo fuera un momento... Era suficiente para calmar los corazones vacíos de ambos y volver a amar como hacía tiempo no podían.

El sol era despreciado por ambos, pero era inevitable su ascenso.

El hermoso chico de cabellos rubíes bajaba las escaleras con lentitud y saludaba a su prometido en la cocina con beso en la mejilla; un joven de cabellos rojizos que sonriente, beso los labios ajenos y acaricio con amor las perfectas mejillas.

El joven demonio vivía engañado, engañado por el mismo; pero aferrado a no dejar ir al hermoso joven del cual se enamoró profundamente un 16 de marzo, hace 19 años.

Lo amaba tanto... Su hermoso chico de bonitos y perfectos ojos.

Inevitablemente deseo ser el único que pudiera tenerlo, que pudiera ver todo de él, que pudiera estar a su lado en las buenas y en las malas... Pero un demonio no merecía tal fortuna, solo quedaba los recuerdos que el mismo creaba cada noche, y al día siguiente el era el único que lo recordaba.

Como una estrella fugaz, hermosa e inalcanzable que rápidamente aparece y desaparece de la vista.

Por lo que pedir a la estrella tan radiante que permaneciera a su lado era pedir mucho y el no merecía nada.

Al terminar de desayunar, los dos amantes se besaban con cariño y se despedían mutuamente para irse a trabajar; el joven peli rojo cada mañana le cantaba amor a su hermoso prometido; y el joven rubí, disfrutaba de su acogedora vida, de su buena salud y de su amoroso prometido.

No había nada de que pudiera quejarse, a pensar de lo mucho que disfrutará hacer tal acción; simplemente ya lo tenía todo, entonces el se preguntaba porque aún así se sentía tan vacío...

Vacío... Tan lejos de sentirse completo, tan lejos de sentirse satisfecho, y tal lejos de él...

Pero un día, cuando dios proclamó su nombre, y alzó su palabra sobre la tierra; los demonios bajaron y las personas corrían despavoridas, aterradas del inevitable castigo de dios; el final de los tiempos.

Y mientras el mundo estaba siendo destruido, los jóvenes amantes se reecuentran y sonríen con verdadera dicha, porque al fin, eran capaces de verse en bajo el brillante sol, eran capaces de decírselo tanto y amarse tanto.

Ya todo estaba bien, mientras estuvieran juntos, podrían enfrentar su inevitable final en este mundo, con una sonrisa, un beso y un "adiós mi amor".


one shots DekubakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora