Un chico pelinegro caminaba imponente por los corredores de la empresa. Su manera de ser sexy e imponente hacía a las mujeres querer pasar aunque sea una noche con él. Todos se inclinaban ante el azabache demostrando respeto.
-¡¡¡Bienvenido jefe!!!
En respuesta solo dió una sonrisa coqueta y continuó hacia su oficina.
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En cuanto la puerta de su oficina cerró una estampida de mujeres se dirigió a los baños. Vaya uno a saber por qué 7w7.
Ya adentro cayó exausto sobre su silla y dejó salir un suspiro. Era agotador mantener siempre esa apariencia de superioridad y poder. Por supuesto que era coqueto por naturaleza, pero tener a todas esas mujeres queriendo devorarlo con la mirada hasta cierto punto se volvía hostinante.
Ahora más, que la empresa se expandía, era mucha presión de parte de los inversionistas, como para tener que lidiar también con esas insoportables zorr*s.
Y como si fuera poco su madre lo presionaba para que se casara con una de las chicas mimadas de papi que ella había escogido.
Era tanta la presión que quería explotar, su mente divagaba y lo llevaba siempre a sus años de juventud. Cuando no tenía más preocupación que el que haría ese día.
Cuando formaba parte de una pandilla bien cool con las personas que quería.
Pero desde ese día...
En el trágico Halloween Sangriento...
Cuando casi muere...
Sobrevivió por suerte, pero su madre le prohibió volver a ese mundo. Incluso tuvieron que mudarse lejos a otro país.
Luego de unos años conoció a su padre biológico, quien resultó ser un empresario multimillonario. Ahora era su sucesor y se debía encargar de las diversas empresas que este tenía. Por suerte a su padre le había entrado nostalgia y decidió abrir unas empresas en Japón, su país natal.
Con ese propósito Baji regresaría a Japón luego de 12 años y esperaba reencontrarse con sus viejos amigos y hablar de los viejos tiempos.
Sobre todo con él...
Al recordarlo el azabache sonrió por inercia y no pudo evitar sentirse más ansioso porque el día de su tan esperado regreso llegara.
Era lo único que lograba sacarlo del estrés en el que vivía constantemente.
⌛Una semana después⌛
El apuesto azabache de cabellera larga se encontraba arribando a Tokyo, Japón en uno de los jet privados de su familia.
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