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Preocupó a más de uno al no haber llegado con ningún grupo a dormir pero ella garantizó encontrarse bien.

Jamil no le dijo toda la verdad a la banda por sentirse en deuda con Ela y Kalim tampoco quiso decir mucho pero lo que había quedado claro era que la matriarca Harmonet sufría de pánico escénico, las siguientes dos semanas la banda se la pasó intentando hacer que Ela superará su miedo, las hijas Anarittia se les unieron al proyecto, las ideas iban desde meditación hasta enfrentarla directamente a su miedo pero no había resultados, por más que lo pidiera Idia se negaba a qué volvieran a experimentar en la mente de Ela, dadas las circunstancias podría empeorar todo.

Podía ensayar pero de qué servía sí al final no podría demostrar resultados frente al público, Ruggie había intentado subirle el ánimo pero no era fácil, la pelioscura apreciaba sus intentos pero era una esas veces en las que deseaba estar sola. Al igual que la última vez su habitación se inundó de varias flores, entre ellas esas rosas azules.

-¿Qué debería hacer?- se preguntaba mientras arrancaba una flor del piso y la veía.

En sus sueños seguía llendo a aquel extraño espacio que mejoraba lentamente dónde se encontró con su amigo especial, este casi no hablaba pero sí escuchaba todos sus problemas. Caminaban por las calles de aquella ciudad en ruinas cuando Ela sintió el antojo de comer un helado, aquel sabor le era tan nostálgico y era tan delicioso que le encantaba.

-¿Tú qué opinas?- le preguntó Ela al chico que habitaba sus sueños.

-Mmmm...- el chico con sombrero lo meditó por un momento y finalmente le dió a Ela una respuesta, dicha respuesta la sorprendió tanto que su adorado helado cayó al suelo.

-¿No es un poco extremo eso?- lo que menos quería Ela en ese momento eran más problemas.

-Puede ser pero lo vieron es que no estás logrando nada ahí ¿Verdad?- tenía razón -Velo más como un "retiro espiritual" pero sí aún tienes dudas ¿Por qué no preguntas a otros?- no estaba de más, parecía una gran idea.

Al llegar la mañana siguiente despertó aun con ese sabor en sus labios, quería ese helado a cómo de lugar.

Ese día las flores se volvieron un brillante polvo que desapareció, esa plática con su amigo le había animado más. Las clases transcurrieron normalmente y Ela volvía temporalmente a su yo de siempre.

Al acabar las clases y luego de aún más intentos fallidos para que superara su miedo, llegó la noche y con ella fue a Ignihyde a ver a Idia, era la persona que resguardaba su información en cada búsqueda de recuerdos así como el encargado de revisar sus signos vitales en cada sesión, sí lo que planeaba iba a ser bueno o no para su estado, él podría saberlo.

Fue recibida por un Ortho que iba de salida, al parecer su hermano estaba demasiado ocupado para prestarle atención.

-Suerte llamando su atención, Ela-chan~-.

-Gracias Ortho pero no te preocupes, esto será rápido.

Idia estaba concentrado tecleando algunas cosas, al parecer solo lo estaba viendo en una de sus pantallas y no se había dado la vuelta para verla.

-Hola Idia...- Ela quería seguir con el saludo pero el peliazul la cortó de golpe.

-Dilo ¿Qué quieres o que hiciste?...-.

Un Nuevo Mundo [FANFIC DE TWISTED WONDERLAND] CorreccionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora