1.-.*...ᴅᴜᴅᴏ ᴍᴜᴄʜᴏ ǫᴜᴇ sᴇᴀ ɴᴏʀᴍᴀʟ...*

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Una calle con poca luz

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Una calle con poca luz. Solo se mantenían encendidas dos o tres farolas. Avanzo despacio.

Miro el cielo.

Es oscuro. No hay nubes. No hay estrellas.

Las casas le dan un toque oscuro y sombrío al panorama.

La calle me parece conocida.

La conozco es cierto.

En esa calle vive mi mejor amigo. Continuo y busco su casa.

¿Cómo llegué ahí?

Miro a todos lados. Su casa no está. Talvez la brinque, retrocedo un poco.

Me giró.

Me siento desorientada.

Hay alguien.

Lo miro.

Su cabeza se gira hacia mi. No logró identificar sus facciones. Avanza hacia mi.

Retrosedo. El me causa miedo.

Sigue avanzando. Retrosedo más.

El miedo amenaza con frenarme. Mi corazón comienza a latir desesperado por el miedo.

El camina más rápido.

Comienzo a correr. Corro lo más rápido que puedo.

El me está alcanzando. Intento correr más rápido.

Mis piernas son pesadas. Entre más rápido intento ir más lento es que voy.

Esta apunto de atrapar me. Mi corazón va a mil.

Hago un último esfuerzo por ir de prisa.

Lo siento cerca.

Tropiezo.

...

-Aaaaaah.

Era un sueño, un maldito sueño. Siento alivio al igual que un dolor en el pecho por lo acelerado de mis latidos.

Escucho pasos apresurados y veo como la puerta de mi habitación se abre y entra mamá.

-¿Estás bien?

-Si, lo estoy, solo fue... el sueño... otra vez.- hice una mueca de disgusto, no me gustaba, odio ese sueño, es siempre, cada noche. Solo que jamás es en el mismo sitio.

A veces puede ser en un bosque, una ciudad de noche, o alguna calle conocida. Pero siempre me encuentro a mi misma corriendo por el miedo que me infunde el.

-Tranquila, inhala exhala y tranquilízate.

-Vale, no te preocupes.

-Ven, bajemos el desayuno ya esta.

-Ahora voy solo dame... un momento.

-Los que quieras, linda.- me mandó un beso en señas y se fue.

Me tire en la cama.

Con la almohada ahogue un grito. Al cabo de cinco minutos me encontraba luchando conmigo misma por levantarme e ir a desayunar.

Ya un poco menos perezosa baje.

-¿Mamá?

La busque con la mirada, no estaba.

-¡¿Mamá!?

La cocina comenzó a oscurecer.

-¡ay mierda no!

Me giré. El me veía. Busco un cuchillo un tenedor algo que me sirva para evitar que esta vez se acerque.

Todo comienza a oscurecer más y más y más.

Comienzo a blandir lo que tenía en la mano.

Siento como algo me retiene los brazos y me impide moverme.

Me retuerzo intentando safarme del agarre.

No veo nada. Todo es negro, sin embargo siento la fuerza de quien me sostiene.

...

-...arlaaaa! ¡carajo despierta!

El grito me obliga a abrir los ojos.

CORREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora