Un noruego atravesando un divorcio.
Un argentino con daddy issues.
Un mexicano consiguiendo papeles de custodia.
Un francés que intenta ser buen hermano mayor.
Un pequeño mexicano que apenas sabe hablar.
Júntalos a todos en una casa y veamos que suc...
Sostuvo a Missa con una mano mientras se estiraba a tomar la otra zapatilla del pequeño, quien esperaba impaciente por salir gateando a tal vez quitar el seguro de los enchufes y meter sus deditos en los agujeros que por alguna razón le llamaban la atención.
-¡Señor Quackity!¡Shadoune me ha quitado a Pelusa!-
-Shad, devuélvele el peluche a Spreen-
Requirió una precisión total el verter un poco de talco de bebe en el pie del pequeño, quien ahora miro el procedimiento de esparcir la sustancia para evitar que sudaran sus deditos, intrigado por el porque se sentía bien esa cosa blanca contra su piel, miro la botella que ya hacia a un lado suyo.
-¡Mamá!-
-¡Señor Quackity!-
Tomo aire, colocándole la zapatilla que faltaba, sonriendo por el buen trabajo. Miro a Missa quien alzo ambos pies sosteniéndolos con sus manitos, antes de meter un pie en su boca para tratar de quitar la zapatilla, afortunadamente hizo caso al libro de maternidad que adquirió y compro zapatillas de tela.
-Espera..- volteo a ver a la puerta que daba al comedor, donde ambos niños estaban discutiendo a gritos, ahora en total silencio- Ya se mataron estos dos pendejos-
Dejo a Missa tirado sobre la alfombra peligrosamente cerca del frasco de talco, en lo que iba corriendo a verificar que su hijo y el hijo de su mejor amigo no se hubieran lastimado. Y no, pero casi, Shadoune aun sostenía el peluche de Spreen amenazando con quitarle la cabeza mientras Spreen sostenía la gorra amenazando con clavarle unas tijeras escolares.
Quackity suspiro cansado, se acerco y arrebato ambos objetos, devolviéndolos a sus respectivos dueños, se cruzo de brazos.
-¿Ya? No vuelvan a pelear porque los voy a mandar a la esquina a ambos ¿Entendido?-
-Si, mamá-
-Si, señor Q-
-Bien-
Se tomo un respiro de unos segundos, antes de escuchar una pequeña explosión de aire seguido de una hilarante carcajada infantil. Los tres corrieron a la sala, encontrando a Missa con el frasco de talco en sus manitos y parte del polvo manchando no solo la alfombra, que seria un dolor de huevos tener que mandar a lavar, si no también al pequeño Missa.
A quien Quackity apenas y había bañado hace 30 minutos atrás.
-¡MISSA! TE JURO QUE SI NO FUERAS MI HIJO CABRON
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.