-I.

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¡___! Es hora de levantarse ya son las diez de la mañana y debes ser productiva , ya tendrías que estar en camino a tu trabajo hace media hora. - dijo tu madre mientras abría la puerta de tu habitación -

Ya voy má, solo dame 10 minutos más por favor, te prometo que ya voy a levantarme. - Hiciste un gesto de "molestia" a causa de la luz y el grito repentino que dio tu madre -

– Más te vale que bajes ya, debes desayunar e ir al trabajo, apenas llevas un mes y está es la tercera vez que llegas tarde no puedes seguir haciendo eso, tu jefe va a despedirte por ser floja e impuntual. -Dijo tu madre para después salir de tu habitación-

Tu y tu madre no se llevaban mal, simplemente era cierto que aunque fueras una persona muy creativa y de grandes metas también eras muy floja, cosa que te detenía a hacer muchas cosas.

Bajaste rápido a desayunar una de tus comidas favoritas preparada por tu madre que aunque estuviera "molesta" quería que empezarás bien tu día y tú jornada de trabajo para que no te desmayaras en camino al local.

Y si, el desayuno era la comida más importante para tu madre, llegaba a pensar que por no desayunar llegarías hasta a morir si salías así de casa.

– ¡Ya me voy má! ¡Volveré a la hora de siempre! -Dijiste para después tomar tus llaves, tu monedero y finalmente salir de casa-

Ahora estabas en la parada, esperando el camión para ir a tu lugar de trabajo. Dios mío, 30 pinches perros minutos esperando para que al subirte tuvieras que ir parada medio camino escuchando cumbias a todo volumen mientras soportabas el tremendo olor a sobaco del viejo mafufo que iba a tu lado.

Cuando finalmente paro te bajaste en chinga casi besando el piso de lo horrible que manejaba el inche don.

– ¡AL FIN! Gracias diosito por dejarme llegar con vida. -Dijiste caminando hacia tu lugar de trabajo-

– Hola pinche monkey, ya llegué. -Dijiste refiriéndote a tu amigo, Matías-

– Ya era hora ___, casi son las doce de la tarde, llegas tarde de nuevo. -Dijo tu compañero con el ceño fruncido-

– Lo se, lo siento por llegar tarde de nuevo prometo que–. -Alana interrumpió lo que estabas diciendo con un tono de obvia molestia-

– Es la tercera vez que dices eso, mejor ya ponte a trabajar y deja de prometer cosas que no cumplirás después.

– Calma Alana, se que debemos ser puntuales y eso pero sabes que ___ no vive tan cerca de la cafetería, debes entenderla. -Matias decía intentando calmar a Alana, la "bruja" de tu compañera-

-⋆ 𝙇𝙤𝙫𝙚𝙩𝙧𝙞𝙥𝙥𝙚𝙧. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora