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Pedro

La clase de filosofía a sido decepcionante.Mis alumnos no paran de tomarselo todo a bromas cuando en verdad esto es un tema serio.

¿Quién está tan estúpido de despreciarlo?

Al acabar me fui directo a la sala de profesores y una vez ahí Lola Valverdú se me acercó y me sacó un tema.

–¿Te has enterado de la nueva profesora de inglés? Es nueva y el director a solicitado que tú le guíes por el instituto.

–¿A sí?–pregunté extrañado.

–Si, te esperando en el pasillo .Tienes suerte , esta buena.

Me quedé sorprendido por su comentario pero cogí mi maleta donde guardaba algo que no podía ser visto y por ello lo llevaba a todas partes.

Abrí la puerta y la encontré.

Era una mujer de hermoso pelo castaño seco, unas gafas recogidas de una tienda de los 70's y un chaquetón tan grande y azul que parecía un subrayador.

Me gustaría verla sin el.

Y sin nada.

Joder , Pedro alberto céntrate.

–¿Eres Pedro Alberto verdad?

–S-si.–contesté algo nervioso.

–Pues...no sé, ¿por donde empezamos?

Recuperé el sentido y le guíe por los patios y luego para las aulas.

Al terminar la visita la notaba algo reservada.Quise preguntarle si pasaba algo o era su personalidad, pero al final no pregunté.

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Anna

Sabía lo que el era .

Un cazador de vampiros.

Y yo era su presa.

Lo noté por mi oído agudo el sonido de estacas que tenía en ese maletín. Nada más notarlo lo traté cortante y con cautela.

Nada más lo vi me pareció atractivo con estas gafas mugrientas,ese pelo Calvo que brillaba de grasa y esa barriga de embarazado.

Pero todas esas ilusiones de esfumaron al saber que era.

Y lo que me haría si supiera lo que soy.

Fui caminando por los pasillos porque ya acabó mi primera hora.Fui al departamento para recoger todas mis cosas pero me lo encontré a él.

Pedro Alberto.

Estábamos solos.

–Hola Anna

–Hola Pedro

Me miró como si quisiera decirme algo.

Me tiré un pedo.

–¿Estás nerviosa?–me preguntó tras haber oído ese gas de mí.

–¿Si lo estoy que?

Me miró y se fue acercando con cautela hasta estar a centímetros de mí.

–Dese besar eso labios arrugados.

–¿Qué te detiene?

Me robo un beso y nos fuimos besando hasta que paró y beso mi cuello.

Su cuello estaba muy cerca.

No podía convertirlo.

Tenia que alejarme.

Le embuje con fuerza y me fui corriendo.

Lo amaba y no podía convertirle.

𝘈𝘔𝘖𝘙 𝘍𝘐𝘓Ó𝘚𝘖𝘍𝘖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora