1. Papá.

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Son las 8:05 am, las entrevistas de trabajo en las instalaciones Coffie inician dentro de veinticinco minutos.

Son las 8:15 am, las entrevistas de trabajo en las instalaciones Coffie inician dentro de quince minutos.

Son las 8:20 am, las entrevistas de trabajo en las instalaciones Coffie inician dentro de diez minutos

Voy abriendo lentamente los ojos, me pesan demasiado. Anoche me desvelé de más buscando entrevistas de trabajo.

Ya que mi supervisora favorita, la más amorosa que pude haber tenido jamás en otro empleo -nótese el sarcasmo- se le ocurrió hacer una visita inesperada en la oficina, y me encontró durmiendo durante mi turno.

Ya había tenido varios altercados con ella en dónde me hacía quedar como la mentirosa siempre, y bueno, con tantos strikes de por medio me echaron a patadas del trabajo.

Dizque ya era la segunda vez que lo hacía.

Y claramente eso también es una completa mentira, porque lo hice más de cinco veces y que nadie se daba cuenta.

Bajo un pie de mi cama calentita y la madera fría del suelo me recibe ni bien pongo los pies sobre ésta, si fuera por mi, me quedaria toda mi vida sobre esta cama.

Observo que mi teléfono está encendido y un hermoso mensaje que me da unas ganas de acariciarme el cuello con un cúter me reciben ni bien lo leo.

Son las 8:35 am, las entrevistas de trabajo en las instalaciones Coffie han iniciado hace cinco minutos :)

—Mierda, voy tarde— hago un amago de levantarme y lo hago tan rápido que me enredo con la sábana y voy con todo y teléfono al suelo.

—Empezamos mal, ¿porqué Henrika Asher siempre le tiene que ir mal?.

Despues de unos varios segundos logro liberarme de la sábana asesina que no me quería soltar.

Entro apresuradamente al baño, tardando exactamente diez minutos en terminar de bañarme, otros diez para arreglarme y otros cinco para subir a mi automóvil.

Mi estómago ruge y mis tripas piden algo para comer urgentemente. Es que yo amo mi soledad, no conozco otra cosa que no sea esto, aunque a veces, desearía tener a alguien que me  levante con un desayuno delicioso, que me diga "buenos días Henrika, ¿cómo has amanecido?".

Algo así como lo hacen esas madres de las películas que pasan los domingos por la televisión. Maldita ciencia ficción.

A veces extraño a mi madre, o más bien, su recuerdo. A medida que fui creciendo la he olvidado cada día más. Me pregunto que sería de mí si no se hubiese ido. No es que no me quisiera o algo así, tuvo sus motivos para dejarme.

Abandonarme.

Ella solo tenía diez y nueve cuando me tuvo, era joven, tampoco la podría juzgar. Cuando cumplí 6 años me llevó a la casa de mi padre, me lo explicó muchas veces pero siendo tan pequeña no pude comprender sus palabras.

"yo sé que eres valiente, poderosa y hermosa. Todo lo que te propongas lo vas a lograr niña mía. No te rindas jamás, no cómo yo lo hice. "

En cuanto a mi padre...pues bueno, no puedo decir mucho, ya que nunca fue una figura paterna como tal, estaba ahí y ya. Me cuidaba sólo por obligación, no por amor. Cuando él falleció me quedé con todo lo que tenía. Sólo eso le debo.

Sumiendome en mis pensamientos conduzco las calles rumbo a mi nuevo destino cruel, conseguir empleo.


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⏰ Última actualización: Apr 15 ⏰

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