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Aún no entiendo cómo pude dejarme convencer de venir a un partido de fútbol en primer lugar

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Aún no entiendo cómo pude dejarme convencer de venir a un partido de fútbol en primer lugar.

No soy aficionada a los deportes. Cuando alguien intentaba hablar conmigo sobre fútbol o béisbol me daba mucho sueño. No entiendo los deportes y tampoco entiendo cómo a las personas les gustaba tanto apoyar a un equipo y hacer apuestas ridículas.

Pero aquí estoy en un partido de fútbol extraescolar donde dos colegios se enfrentarán para definir el equipo ganador. Y  creo que moriré de aburrimiento.

La cancha está llena y a mi lado está mi hermano. Él culpable de que este aquí. Ayer domingo se pasó casi todo el día practicando qué tipo de barra de ánimo haría. Después de eso entró en mi habitación sin tocar ni pedir permiso y casi lo mando a China porque odio que entren en mi habitación sin tocar, ¿para qué se hicieron las puertas en primer lugar? y la respuesta es; para tener privacidad, pero mi hermanito no sabía lo que era eso. En ese momento estuve tentada a insultarlo pero se arrodillo tipo romeo con una rosa incluida y me pidió que asistiera con él al partido de fútbol de su novio.

Para mí es inaudito y difícil de creer aún. Estamos hablando de Mew Suppasit, el no entiende nada sobre fútbol y se ha dormido en el sofá hasta babeando cuando pasan partidos de fútbol en la televisión, pero por Gulf estaba dispuesto a ir a cada partido extraescolar. Hasta no me sorprendería que más adelante cuando Gulf sea un futbolista profesional y le toque viajar alrededor del mundo, Mew lo seguiría y le haría vergonzosas barras de ánimo.

Si alguien me preguntará, ¿qué te parece este Mew adorable? Definitivamente respondería: este Mew adorable me da gastritis. Pero debía aguantarlo que más me quedaba. También estaba consciente que algún día me iba a enamorar y me iba a parecer a Mew, hago una mueca de desagrado ante la comparación, quizás no tanto como él, pero algo así.

Todavía el partido no había empezado y ya me quiero ir a casa. Observó a mi hermano y esta literalmente resplandeciendo. Ya hasta parece brillar y eso que no estaba bañado ni de escarcha ni brillantina

Llevaba una camiseta de fútbol, un regalo que le hizo Gulf. Esta camiseta tenía el número 17 y el nombre de este. En una de sus manos llevaba un gigante dedo de goma que decía "buena suerte" y el abajo puso un Gupi. Su vestuario ridículo lo finalizaba una gorra con un refresco arriba incluido. Mi hermano en estos momentos se veía ridículo a mi parecer. Lo más molesto de todo es que aún no había empezado el partido y ya Mew estaba rebotando en su asiento como un infante.

—Estoy tan emocionado, Jomie.

Yo volteó los ojos. Odio cuando me pone apodos ridículos. Mi hermano era ridículo. Esperaba que cuando fuera un adulto madurara, pero lo veo tan difícil.

—Me doy cuenta—susurro a medias sin ánimos.

Esta haciendo un calor de los mil demonios y realmente me siento fuera de mi elemento. Hubiera preferido decirle que no, pero Mew rogando y rogando como un chicle siempre me da dolor de cabeza. A parte de lo insufrible que se ponía cuando quería algo, también era la primera vez que el tonto ese me daba una rosa, y por esa hermosa rosa yo caí en esta trampa para osos.

✿; Mi dulce Gulf KanawutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora