♡; Uno

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Cuando Jisung escuchó el motor de una moto fuera del local, no pudo evitar mirar por los cristales a quien sea que fuera que se estacionara frente al tranquilo local de comida vegana en donde Jisung había conseguido un trabajo.

Bajó el libro que estaba hojeando, curioso, al ver a un hombre enfundado con un skinny jean de mezclilla, una camisa blanca y una chaqueta de cuero negra que le quedaba como un guante. Jisung se extendió sobre el mesón por encima de la caja registradora y se relamió los labios al verlo sujetar el casco y comenzar a quitárselo de la cabeza.

—Santa mierda... —dijo, susurrando. Se quitó los lentes y observó al adonis que se acercaba  a la puerta del local.

Piel blanca y completamente limpia, cabello grisáceo cayendo por sobre su frente y cubriendo sus cejas, ojos ligeramente grandes y castaños; Tan profundos y penetrantes que Jisung se sintió intimidado aún así si el chico no le estaba mirando, y unos labios tan rellenos y rosados que parecían cerezas tan dulces que Jisung quería probar.

Escuchó la campanilla que indicaba que aquel guapo ser había entrado al local. Jisung rápidamente volvió a su sitio en la silla y se acomodó unos cabellos desordenados que tenía y aclaraba sutilmente su voz. Vió al chico caminar como modelo hacia la caja registradora, inspeccionando el lugar con el casco entre su brazo y costilla, pero sin mirarlo a él.

Cuando llegó a la barra, bajó la mirada hasta su lugar, sonriendo sutilmente y logrando que Jisung tragara saliva nervioso, que se tuvo que obligar y esforzar para no tartamudear.

—H-Hola, bienvenido Greentea, ¿qué desea? —sintió el impulso de llevarse unos de sus dedos a la boca, un mal hábito que tenía, por lo que para evitarlo se mordió el labio para bajar su nerviosismo al sentir al caliente chico que estaba frente a él inspeccionándolo como un pedazo de carne.

—Lo siento, no vengo a comprar —Jisung se confundió un poco. ¿A qué venia, si no era por eso? El chico le vió confundido y arqueó una ceja, sin dejar esa sonrisa altanera. —Vengo en busca de Wheein, trabaja aquí, ¿No?

Enseguida, Jisung sintió como le tiraban un balde de agua fría a la cabeza, sus labios apretándose y atinando solamente a asentir. Porque tal vez ese chico era algo de su compañera Wheein, tal vez era su novio, y la leve esperanza de poder conocerlo estaría arruinada.

—E-Eh, si... Voy a ir a buscarla — sonrió torpemente, pareciendo más una mueca y apuntando con su pulgar hacia la cocina, donde la castaña seguramente estaría esperando un pedido.

—Dile que Minho la busca — Jisung asintió, sin dejar de mirar al chico mientras se bajaba torpemente de la silla, finalmente girando para ir en busca de su compañera.

Se pasó la mano por el rostro, suspirando y bajando la vista para entrar por la puerta que separaba la cocina del local y ver a Wheein con una sonrisa en el rostro hablando amistosamente con uno de los cocineros al cual Jisung no recordaba ni su nombre.

—Wheein noona — llamó, la chica viró su atención inmediatamente hacia su dirección, enarcando una perfilada ceja — Un tal Minho la busca afuera.

El rostro de la chica se iluminó como un lucero resplandeciente, y Jisung sintió aquella amarga sensación de no poder conocer al grandioso hombre que seguramente tendría una relación con la bonita figura de Wheein.

—Oh, Sung, ¿puedes decirle que me espere un poquitín? Entrego este pedido y termina mi turno — sonrió, aquellos pequeños desapareciendo ante el asentamiento crudo de Jisung.

El rubio se dió la vuelta, pasando sus manos por el bonito mandil blanco decorado con flores y hojas bordadas en color verde. Salió de la cocina con un pequeño suspiro, mirando al tal Minho apoyado en un codo sobre la barra individual y mirando los distintos tipos de café e infusiones que él mismo se encargaba de preparar.

—Ella dice que espere un poco, su turno termina en un par de minutos — habló quedito al llegar a la caja registradora, y recibiendo la potente mirada de Minho sobre él nuevamente.

El peligris suspiró pesado y todo los ojos ante lo dicho, sacando su teléfono para ver la hora.

—Está bien.

Luego de eso, apartó la mirada de Jisung un poco molesto. Y el pequeño rubio se sintió un poco intimidado ante las acciones del peligris, no se había enojado con él, ¿cierto?, no tendría sentido.

Intentó apartar la mirada del joven a un metro suyo cuando llegó un cliente pidiendo un bubble tea de heche de soya con vainilla. Pero mientras se levantaba y hacia el pedido en el espacio que tenía, no podía evitar rodar los ojos y mirar de reojo al recogedor de Wheein, sintiéndose sonrojar cuando una de esas veces, el chico le estaba mirando.

—¡Minho! — pegó un salto con un pequeño chillido al escuchar a Wheein salir por la puerta con un plato en la mano y dejarlo frente a una señora con una sonrisa. No se había dado cuenta de lo tenso que estaba ni tampoco de la pelea de miradas que Minho y él estaban disputando.

Tapó el bubble tea y se giró para entregárselo al cliente deseándole una buena tarde, cuando vió una efusiva Wheein apretar al tal Minho con amor y cariño especial, y este, rígido como una piedra, sobándole los hombros casi imperceptiblemente.

Ignoró exitosamente la conversación revisando su calculadora en su teléfono para pasar desapercibido. También cuando Wheein fue en busca de sus cosas y dejó a Minho nuevamente, frente a él. Pero su curiosidad fue tanta, que cuando se estaban marchando, volvió a mirarles, llevándose la sorpresa de que Minho iba un paso atrás que la castaña y había girado la cabeza en su dirección.

Por su torpeza extrema, accidentalmente pasó a presionar un botón de la caja registradora, abriendo el contenedor del dinero y golpeándose directamente en el estómago.

Dios, Jisung era un payaso.

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⏰ Última actualización: Jan 21, 2023 ⏰

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